Generalmente, nadie presta atención a los besos u otras muestras de afecto que se prodiga una pareja durante un partido de béisbol de los Marineros de Seattle.

Pero la semana pasada, una lesbiana presentó una queja porque, dijo, un acomodador en el estadio Safeco Field le pidió que dejara de besar a su pareja porque incomodaba a otros aficionados.

El incidente ha tenido gran repercusión en la televisión, radio e internet locales, provocando una acalorada discusión sobre las muestras públicas de afecto en Seattle, una ciudad conocida por su aceptación de los homosexuales.

En el partido de los Marineros contra los Medias Rojas de Boston el 26 de mayo, un acomodador se acercó a Sirbrina Guerrero y su pareja y les dijo que no era correcto que se besaran, dijo Guerrero.

Según el acomodador, dijo Guerrero, una mujer sentada en las cercanías se quejó porque había niños entre el público y que sus padres tendrían que explicarles por qué dos mujeres se besaban.

"Fue un verdadero golpe", dijo Guerrero. "Seattle es una ciudad que acepta a los gay. Había una pareja besándose unas siete filas más adelante. Nosotras sólo nos mostrábamos afecto".

El lunes, la portavoz de los Marineros, Rebecca Hale, dijo que el club está investigando, pero que el acomodador actuó ante una denuncia de que dos mujeres "se besuqueaban" y "toqueteaban" en la tribuna.

Añadió que el equipo y el estadio tienen un código de conducta que prohibe la discriminación, pero no permite las muestras de afecto "que no son apropiadas para un entorno familiar".