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DEL AMOR Y EL DESAMOR

madison
    madison
    ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL ENAMORAMIENTO


    El enamoramiento es un estado de ánimo, un desencadenante de la experiencia amorosa. Dicha experiencia puede ser compartida o no por la otra persona; si esta responde a nuestro deseo amoroso, es la vivencia del éxtasis, la magia. No parece haber barreras para los amantes, como si nada tuviera mayor sentido que ellos mismos.


    Cuando, por el contrario, no existe una correspondencia, el deseo y la frustración continua generan un estado de tristeza profunda. Toda esa energía que genera el enamoramiento, al no encontrar respuesta, se vuelve contra uno mismo generando autodestrucción. Se pierde la alegría, el deseo de vivir, y uno se ve a sí mismo inferior, pensando cosas como: "... algo malo tendré para que no me quiera...; no soy lo suficientemente guapo/a, simpático/a...; nunca encontraré a nadie para mí...; no me volveré nunca a enamorar..." Hay que hacer una despedida interior, vivir el duelo y prepararse para una nueva apertura.


    La persona enamorada puede sentir sensaciones de frío, calor, tener taquicardia, ponerse a temblar, enrojecer ante la presencia de la persona amada o con solo oír su nombre. Se vive con gran intensidad, pero también con gran inseguridad, llegando a sentir desde la alegría más absoluta a la tristeza más profunda por el miedo al abandono del ser amado.


    El pensamiento se convierte en obsesivo, "...no puedo dejar de pensar en el/ella..." Se está pendiente de una palabra suya de afecto, de una sonrisa, una mirada, una llamada de teléfono..., para asegurarnos de que existe una correspondencia.


    El comportamiento es compulsivo: impulso de frecuentar los lugares por donde pasa, hablar continuamente de el/ella, de sus características físicas, de su personalidad... Nos sentimos totalmente seducidos por esa persona, todo cuanto hace o dice es maravilloso. Tiene gracia, es inteligente, valor, honradez, coherencia...


    El enamoramiento puede manifestarse bruscamente -es el flechazo- o como la transformación de una relación que se inició como amistosa.


    Cuando estamos enamorados/as, se desea estar el máximo posible del tiempo con la persona amada, incorporarlo a nuestro mundo, a nuestra vida. Se busca contacto a través de la piel, la mirada, se busca su proximidad, sentir su energía.


    Vivir el enamoramiento es como estar en otro mundo. Es vivir en la fantasía. No vemos al amado como es, sino que sólo vemos algunas de sus partes, aquellas que deseamos ver o que deseamos que tenga. Lo convertimos en la pareja ideal, interpretando su comportamiento en base a nuestras fantasías. En realidad nos imaginamos como es y nos lo creemos, a veces acertamos en algo, pero otras después de este período, incluso se llega a pensar: "...como me pude enamorar de esta persona, ...cómo no me di cuenta de como era, ... antes no era así..." Es la idealización del ser amado.


    Todo cuanto hace o dice nos parece hermoso, no tiene defectos, incluso no entendemos como alguien puede verle alguno, incluso si vemos algo que en otras personas sería negativo, en el ser amado no tiene importancia. En este período se altera nuestra manera de vivir el tiempo y el espacio, no existe otra realidad que el ser amado. El tiempo parece muy corto en su presencia y muy largo en su ausencia.


    Cuando una persona está enamorada es fácilmente reconocida por los otros a través de todo un lenguaje corporal, la forma de mirar al otro, de escucharle, de sonreirle... Enamorarse produce placer, nos volvemos más receptivos con todos los sentidos: somos capaces de detectar sútiles cambios de voz, de la mirada, del gesto, nos permitimos también sentir más las emociones y todo nuestro organismo se revitaliza.


    También aumenta nuestra autoestima, nos sentimos más seguros e importantes, queridos/as, incluso aquellos aspectos que antes no nos gustaban de nosotros mismos, ya no son tan importantes. Es como si de repente nos sintiéramos hermosos, útiles, inteligentes, fuertes, deseados/as... y nos convertimos en todo aquello que queremos ser o que cree el otro que somos.


    Sin embargo, cuando nos enamoramos aparece la siguiente creencia: que la otra persona ha de corresponder ( de lo contrario, es injusto).


    El enamoramiento, como todos los procesos internos, se produce individualmente, y a veces maravillosamente se da a dúo, pero en otras ocasiones no es correspondido. En este caso es cuando, unido al placer del enamoramiento, aparece la tristeza, la melancolía amorosa.


    Es una experiencia que nos une, querámoslo o no, con la persona amada, incluso aunque esta no quiera. Le amamos intensamente y le hacemos objeto de nuestro deseo, de nuestras ilusiones y fantasías. Pero la otra persona puede no sentir lo mismo. El enamoramiento no es algo voluntario, ni se puede crear ni hacerlo desaparecer. Existe o no existe. Es un proceso que hay que pasar, como el desamor.


    Sumario



    2. EVOLUCIÓN DEL ENAMORAMIENTO: FINAL O CONSOLIDACIÓN


    El enamoramiento dura un período más o menos largo, tras el cual pueden suceder dos cosas: o concluye o se transforma. Se va pasando a un mayor contacto con la realidad, empezamos a ver al amado/a también en aquellos aspectos que no nos gustan.


    Puede suceder:


    a) El enamoramiento concluye y con él la relación


    Cuando desidealizamos a la persona amada, observamos que dista mucho de lo que era en nuestras fantasías, de nuestras expectativas de relación. Nos damos cuenta entonces de que tenemos valores y formas de ver la vida muy diferentes. Desaparece la magia, la vibración de los cuerpos. Deja de seducirnos. Nos desenamoramos.


    Esto es lo más frecuente tras la mayoría de los enamoramientos. Son vividos como una experiencia hermosa, intensa, pero fugaz. Especialmente en la adolescencia, donde se ensayan los caminos amorosos y se construye la propia identidad. Muchos enamoramientos surgen para concluir, formando parte del aprendizaje de la vida.


    b) cuando el enamoramiento se transforma en una relacion consolidada


    Desaparece la idealización, pero la persona que descubrimos nos llena, nos gusta y decidimos compartir nuestra vida con ella. Desaparecen muchas de las reacciones físicas típicas de la etapa del enamoramiento, dando paso a un amor profundo y comprometido, en el que los dos miembros de la pareja se preocupan el uno por el otro y se cuidan mutuamente.


    El amor y el desamor forman parte de la vida, necesitamos, pues, vivir estas experiencias aprendiendo de ellas, tomándolas como oportunidades que nos ofrece la vida en el proceso de nuestro desarrollo como personas.


    No debemos olvidarnos de que las crisis nos ayudan a renovarnos, a generar nuestros propios recursos, que nos ayudan a afrontar la vida de una forma más positiva y feliz. No tenemos porque vivir la ruptura amorosa como un fracaso, sino como una evolución hacia algo más positivo, aprendiendo a confiar en nosotros mismos y en el propio proceso de la vida.


    Sumario



    3. DESPUÉS DEL DESAMOR


    El final del enamoramiento puede desembocar en una vivencias de desamor o shock sentimental. Por muy doloroso que sea el shock sentimental que se sufre cuando uno pierde a la persona que ama, es un fenómeno normal con una evolución y unas fases. Es un período denominado de DUELO, en el cual uno tiene que adaptarse a vivir y a ser feliz de nuevo sin la persona que quería.


    Generalmente la primera crisis que se pasa es la más grave, porque la persona todavía no ha desarrollado las técnicas adecuadas para hacer frente a la situación. Aunque puede haber diferencias personales, este período está constituido por tres fases: la primera, que es la más cercana a la ruptura, se vive con gran tristeza, llegándose a culpabilizar por la ruptura con pensamientos del tipo: "... si hubiera hecho... esto no habría pasado...., si no hubiera hecho... quizá aun seguiríamos juntos...."; es la etapa denominada MASOQUISTA. En la segunda fase, empiezan a salir los rencores y entonces es "el otro" el que vemos como el culpable único de la ruptura.


    En ninguna de estas dos fases, que a veces se alternan, se ve la realidad tal y como es. Con el paso del tiempo las emociones se tranquilizan y vemos las cosas de una manera mas objetiva, llegando a entender los motivos de la ruptura. Uno se va sintiendo cada vez más independiente, menos triste, menos resentido y va encontrando nuevas formas de disfrutar. Es el momento de recuperar a los amigos/as, quizás algo abandonados, de volver a las aficiones o de crearse otras nuevas. Poco a poco la herida se va cerrando y uno vuelve a recuperar la confianza en sí mismo/a, abriéndose a nuevas relaciones.


    Hay personas que necesitan enamorar continuamente y cuando lo han conseguido el interés por la conquista desaparece. Hay una búsqueda constante de ser querido o de reconocimiento social, sobre todo en los varones ya que supone prestigio, aunque también puede ser producto de una mala relación con ese sexo, seducir para abandonar, es una manera de castigar.


    Otras personas buscan inmediatamente alguien a quien volver a idealizar. No se puede soportar la idea de estar solo/a, necesitan a alguien para que continuamente les apoye, tienen miedo a no saber que hacer por ellos/as mismos/as.
    anuskavitoria
      anuskavitoria
      Muy interesante lo que has escrito Madison. Me parece muy acertado
      carr
        carr
        Completamente de acuerdo con lo expresado sobre el amor y el desamor. Ahora bien, deseo dejar un concepto más "material" sobre las razones del porque nos enamoramos de alguien, (por favor no crean que quiero quitar el romanticismo al asunto, y mucho menos hoy por hoy icon_biggrin.gif ) por ello, dejo un reportaje que lei hace unos meses se llama La Quimica del amor,


        ¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra? Científicos de diversas especialidades han hallado la respuesta a la pregunta; a esa especie de fascinación que hace que dos seres se queden "enganchados" con gran necesidad de interactuar y conocerse más. Esta maravillosa experiencia de sentir cosquilleos en el estómago, pulso acelerado y hasta palpitaciones, es el resultado, según estudios recientes, de una serie de cambios bioquímicos que se producen en el organismo de los seres humanos.

        La gente se ha enamorado desde tiempos inmemoriales, y siempre se habla de algo distinto, sorpresivo, que inunda el cuerpo entero. En el imaginario popular está la creencia del gran amor; de ese único, exclusivo, que no se parece a otros amores. Hoy la ciencia ha descubierto que tal enlace especial tiene que ver, particularmente, con una serie de reacciones y sustancias químicas que se mezclan en nuestro organismo, ante esa persona que nos despierta además un sinmúmero de emociones.

        Se han descrito los novedosos estudios que han identificado algunas de las sustancias responsables del amor: la dopamina, la feniletilamina y la oxitocina. Todos estos productos químicos son relativamente comunes en el cuerpo humano, pero solamente son encontrados juntos en las etapas de la conquista.

        Comentan los expertos que, con el tiempo, el organismo se hace resistente a sus efectos, lo que provoca que la intensa fase de la atracción no dure por mucho tiempo. Curiosamente, son los hombres los que parecen ser más susceptibles a la acción de las sustancias responsables de las manifestaciones asociadas al amor. Ellos se enamoran más rápida y fácilmente que las mujeres, según tales entendidos.

        Diversas indagaciones han concluido que se puede incluso hacer una matriz con las variadas manifestaciones y etapas del amor y sus relaciones con diferentes sustancias químicas en el cuerpo. De esta manera, el deseo ardiente de sexo está unido a la testosterona; mientras que la atracción y el amor en la etapa de euforia, así como el sentirse involucrado emocionalmente están relacionados con altos niveles de dopamina y norepinefrina y bajos niveles de serotonina. El vínculo y la atracción que evolucionan hacia una relación calmada, duradera y segura tienen que ver con la oxitocina y la vasopresina.

        Estas investigaciones que enmarcan el amor como un proceso bioquímico no han concluido todavía. El descubrimiento que la feniletilamina está vinculada con el amor se inició con la teoría propuesta por los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, quienes sugirieron que el cerebro de una persona enamorada contenía grandes cantidades de esta sustancia y que sería la responsable de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando nos enamoramos.

        Al inundarse el cerebro de feniletilamina, este responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), de norepinefrina, y de oxitocina (que además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser un mensajero químico del deseo sexual), y el comienzo de la accción de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado.

        Estos compuestos combinados hacen que los amantes puedan permanecer horas y horas haciendo el amor y conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño, afirma el químico Francisco Muñoz, de Almendralejo, España.

        Comenta también el científico español que la atracción bioquímica perdura de dos a tres años, incluso a veces más, pero que al final decae. Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente y comienza entonces una segunda fase que podemos denominar de pertenencia que da paso a un amor más sosegado. Se trata de un sentimiento de seguridad, comodidad y paz.

        Todos estos compuestos y sustancias químicas que se mezclan en nuestro interior y actúan de manera inconsciente, son la respuesta más lógica a la pregunta que durante siglos se hizo la humanidad: ¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra?

        Amar con inteligencia

        No obstante todas estas explicaciones bioquímicas, que podrían terminar arrancándole al amor su mágico misterio, hay una verdad que se yergue como un templo: mantener por tiempo una relación lozana, es más de razón, comprensión y habilidad, que de otra cosa. Entonces ¿qué hacer para lograr que esta química inicial no se diluya entre los ácidos de la cotidianidad, las amarguras de las peleas o los brotes de incomprensiones? La respuesta es fundamentalmente una: amar con inteligencia.

        Amar con inteligencia es, también, no dejarse arrastrar por el sentimiento, por la química, y darle el espacio que se merece al raciocinio. Hay quienes conocen a parejas donde la mujer es dominada, incluso maltratada físicamente por su pareja y aún ella dice que lo ama. ¿Cómo se puede querer a una persona que no nos respeta, que nos daña y avasalla? ¿Qué significación tiene eso? ¿Realmente se puede amar desde la humillación?

        No hay química amorosa que debiera resistirse cuando una persona, sea hombre o mujer, no tiene para con su pareja el reconocimiento y la consideración que debe mediar entre dos que construyen una relación de amor.

        Pero la gente se ciega muchas veces y, atrapados en las reacciones de las que antes hablábamos, no pueden ver con claridad ciertos elementos o sucesos que se encienden como luz roja en son de advertencia. Amigos, amigas y familiares muchas veces se acercan: No te conviene, puede ser el aviso. Alucinada o empecinadamente, da igual, se piensa que podemos fundir otra personalidad en la pareja que amamos, hacerla distinta, mejor para bien.

        Quizás sería oportuno prestarle más atención a quienes de buena fe nos advierten porque sobre todo no están bajo los efectos de la química, y pueden ver muchas cosas con mayor claridad y objetividad.

        No dejarse arrastrar por los sentimientos y mantener siempre despierto el entendimiento que hace posible una relación sana y por tanto realmente vivificante es entre otros muchos consejos, uno sabio de nuestro Martí cuando afirmaba: El equilibrio entre los cónyuges y su mutuo conocimiento son, en el matrimonio, las únicas condiciones de ventura. Lo demás es jugar la vida a cara o cruz..


        Por favor, despues de leer esto no quiero que nadie se ponga a pensar cuanto se enamore: "lo que siento es el resultado de la dopamina, la feniletilamina y la oxitocina interactuado sobre mi cerebro, en pos de la conquista" icon_wink.gif


        A pesar de todo ello, sea solo una reacción química o sea lo que sea, enamorarse es para mi la conexión perfecta de lo fisico, material y tangible con lo inmaterial e irracional.

        Como dice un poema "Enamorarse es descubrir donde se junta cuerpo y alma"
        sweet_princess
          sweet_princess
          Si, yo ya habia oido eso de que el amor es realmente un estado de colocón de hormonas, pero que como pasa en toda droga, creas una resistencia a los efectos, en cuestión de drogas solo sería necesario aumentar esa dosis para volver a tener los efectos anteriores, pero aqui... no se pueden aumentar las dosis, simplemente dejas de sentir ese enamoramiento, esa felicidad incomparable, esa fascinación por la persona amada, y... que pasa? hay gente que simplemente piensan que se fue el amor y rompen esa relación, sin embargo otra gente, acepta ese cambio, y siguen queriendose, y se adaptan a su nuevo estado, se crea esa confianza, cariño, aunque no sea el amor desenfrenado del principio, eso no significa que no haya amor... solo hay que aguantar, y consolidar ese amor, ahora mas real, despues de quitarle esos sonidos de violines, ese estar en las nubes, lo de ver corazoncitos volando...
          anuskavitoria
            anuskavitoria
            ¿Alguna vió la semana pasada el programa de la 2 Redes? Se titulaba "La química del amor". Yo no lo vi porque era un poco tarde. Si lo visteis contad, plissss
            madison
              madison
              La dopamina, feniletilamina y la oxitocina se venden en farmacias Carr??? jajaja, xk si es asi me las voy a comprar por cajas!!! icon_razz.gif
              carr
                carr
                icon_biggrin.gificon_biggrin.gificon_biggrin.gif No lo sé Madison_, pero si es así....te cuidadito.....todo con moderación, que los excesos son malos.....preguntale a la farmaceutica... icon_wink.gif
                madison
                  madison
                  ¿CÓMO SABER SI ESTÁS ENAMORADA?


                  Cómo saber si estás enamorada... Y si ella también lo está de ti


                  ¿Enamorada o simplemente capricho? En el juego del amor a veces resulta muy difícil disociar ambos términos, lo que al final acaba pasando factura. Por eso, es importante aclarar en tu mente y en tu corazón qué sentimientos tienes hacia esa persona que te está volviendo el mundo del revés.


                  Enamorado, según el diccionario, es el que tiene amor, pero no todo el que siente amor tiene por qué estar enamorado. El enamoramiento es un estado físico y mental que a veces se confunde con la ilusión, el capricho o la obsesión. Y escoger un amor imaginario en lugar de uno real puede ser lo que marque la diferencia entre la felicidad o la infelicidad.

                  Entonces, ¿cómo no equivocarnos?, ¿cómo saber si se está o no verdaderamente enamorada y, a la vez, si ella también lo está?


                  ¿Estás enamorada?

                  El amor no es una ciencia exacta, pero sí que existen una serie de pautas que te pueden llevar a la conclusión de que estás enamorada de esa persona que conociste de forma casual.


                  Si todo era orden en tu vida hasta que llegó esa persona capaz de desbaratar en un segundo lo que te costó años construir, puede ser un buen signo de que alguien ha sido capaz de calar hondo en tu interior.


                  Ahora ha llegado el momento de plantearte las preguntas de rigor que te darán la solución a tu enamoramiento o encaprichamiento:


                  ¿Te imaginas con ella toda la vida? ¿Qué te gusta de ella?... ¿su físico?, ¿su manera de ser?, ¿su coche?, ¿su forma de pensar?, ¿su ropa?, ¿su sentido del humor?, ¿su responsabilidad?, ¿su seriedad?, ¿su alegría?...


                  También puede ser que sólo quieras pasarlo bien, tener alguien con quien salir a comer, ir al cine, a bailar o a pasear, que simplemente la necesites para que se mueran de envidia aquellos que no daban ni un duro por verte con alguien. Si es así, no te engañes, NO estás enamorada.


                  Tu corazón, más que tu razón, es el que te dará respuestas a estas cuestiones. Y es que, si bien la atracción puede durar de uno a tres meses, el amor lo suele hacer años.
                  madison
                    madison
                    ¿PODEMOS ENAMORARNOS DE DOS PERSONAS A LA VEZ?


                    Aunque el sentido común nos diga que no es posible, la psicología lo considere técnicamente imposible y la moral y las buenas costumbres lo sancionen, el fenómeno de bifurcación amorosa sigue haciendo de las suyas. Parecería que dadas ciertas condiciones (aún no determinadas por la ciencia oficial y rigurosa), nuestro cerebro puede manejar dos canales simultáneos de intercambio pasional/afectivo y multiplicar por dos la energía amorosa.


                    Algunas personas, no sabemos si bien dotadas o víctimas de una desconocida mutación genética, son capaces de estar doblemente "tragadas". Dos volcanes en erupción, acompasados al ritmo frenético de un corazón al borde del infarto y un cerebro llevado al límite.


                    Y contra todos los pronósticos, no se mueren ni se enferman. Estos extraños seres no se cansan ni descansan, no decaen ni desisten. A pesar de los inconvenientes, se mantienen de pie, debatiéndose entre dos polaridades simétricas y perfectamente equilibradas. Dos amores con igual intensidad, dos tragas sin atragantarse (no conozco el primer caso de tres "tragas").


                    Lo interesante es que las vivencias afectivas, cognitivas y comportamentales de quien padece esta doble afectividad se superponen y confunden. En esencia, los dos amores producen los mismos efectos, como si el cuerpo no pudiera considerar por separado los polos del conflicto. La misma taquiicardia y la misma emoción localizada en la boca del estómago. No interesa si son mariposas o murciélagos, la consecuencia es la misma: una doble angustia corta la respiración y pone a temblar el sistema hormonal.


                    "Sueño con los dos, disfruto con los dos, extraño a los dos, no concibo mi vida sin ellos", me decía una mujer desesperada e incapaz de resolver su ecuación afectiva, donde "x" y "y" estaban a la par, irremediablemente igualados. Y a esta mujer le importaba un rábano el principio teórico que argumentan los puristas. "si se ama a dos, el amor no es verdadero". Lo que ella quería era inclinar la balanza para escapar del atolladero, salir corriendo de la trampa que le había tendido el corazón, para la cual nadie la habia preparado.


                    Todos estamos de acuerdo, al menos en términos prácticos, en que lo ideal sería no abrir sucursales afectivas. Y no me refiero a la infidelidad, que es el tema aparte, sino a que la emoción se encauce por un solo canal. Sin embargo, nada hay más subversivo que el amor, nada más impredecible y sorprendente.


                    Cuando en las conferencias le pregunto a los asistentes si es posible que nos enamoremos de dos personas a la vez, casi la mitad del auditorio responde con un sí contundente y sin reparos. El sí categórico que otorga el haber vivido en carne propia la locura de dos amores coexistentes y no haber muerto en el intento. Independiente de las razones que podamos argumentar, para estas personas la experiencia es tan real como la vida misma.


                    A veces, el doble amor dura poco, pero solo se trata de química concentrada transitoria, ebullición desordenada y vibrante. Pero en ocasiones, la bioquímica es transcendida y el amor se asienta descaradamente durante años. Nos atraviesa como una espada de dos filos y allí permanece como el mayor de los enigmas. Conozco señoras y señores de edad que confiesan haber tenido otro amor, platónico, inconcluso, inconfesable, durante más de veinte años.


                    Esto de querer por partida doble me recuerda el "escepticismo que mantenemos frente a las brujas, cuando decimos que no creemos en ellas pero que sí las hay. Yo no he podido ver brujas montadas en escobas, pero he visto volar el amor en todas las direcciones posibles. Lo he visto estrellarse, morir en un instante. También lo he visto echar raíces en los lugares más inhóspitos y dar los frutos más maravillosos que podamos concebir. En el amor todo es posible.
                    madison
                      madison
                      Síntomas que delatan el amor


                      Hay unos síntomas físicos que delatan el enamoramiento:


                      Cuando la extrañas a todas horas y cuentas los minutos que te faltan para estar junto a ella.


                      Cuando no puedes sacarla de tu mente en ningún momento y cada segundo está en tu pensamiento.


                      Cuando una mirada, una caricia, un abrazo, un beso, etc., te hacen bailar mariposas en el estómago.


                      Cuando te late el corazón a mil por hora cada vez que escuchas su voz, la ves o estás cerca de ella.


                      Cuando su felicidad es la tuya.


                      Cuando cada cosa que ves, escuchas o hueles, te recuerda a ella.


                      Cuando cualquier excusa es buena para comprarle lo que le gusta.


                      Cuando te sientes la persona más feliz de la tierra y sonríes y lloras sin ninguna razón aparente.


                      Cuando el tiempo a su lado pasa volando y siempre quieres más, volviéndote adicta a su contacto.
                      anuskavitoria
                        anuskavitoria
                        Espero no enamorarme nunca de dos personas a la vez. Y también espero que la persona que amo no ame a otra además de mi. En cualquiera de los dos casos habría demasiado sufrimiento.
                        inet
                          inet
                          Ains.. despues de leer todas estas cosas puedo decir claro, alto y convencida que: estoy enamorada!!!!!!!!!!! ^^ (aunque eso ya lo sabía yo...)
                          madison
                            madison
                            LOS CELOS


                            ¿Amor o sentimiento de posesión?


                            Podríamos definirlos como un estado emotivo ansioso que padece una persona y que se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se posee-tiene, o se considera que se tiene-posee, o se debiera tener-poseer (amor, poder, imagen profesional o social...).

                            En el ámbito sentimental, la mayoría entendemos por celos ese confuso, paralizador y obsesivo sentimiento causado por el temor de que la persona depositaria de nuestro amor prefiera a otra en lugar de a nosotros.


                            Los celos, en contra de lo que podría parecer y de lo que sugieren algunas letras de canciones, argumentos literarios o guiones de películas, no siempre son consecuencia de un gran amor, ni indican cuánto se quiere, se necesita o se desea a la otra persona. Y, normalmente, quienes padecen preferentemente estos ataques de celos son personas muy centradas en sí mismas, que sólo se curarán saliendo de su autoencierro. En muchas situaciones de celos hay, más que amor otras causas: sentimientos de posesión del otro, necesidad de controlarle, de inseguridad en uno mismo, de envidia hacia la mayor riqueza de la vida emocional del otro...




                            CITAS Y FRASES SOBRE LOS CELOS


                            Cuando el hombre es celoso, molesta; cuando no lo es, irrita.

                            Refrán


                            El que no tiene celos no está enamorado.

                            San Agustín


                            El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta.

                            Benavente, Jacinto


                            El celoso ama más, pero el que no lo es ama mejor.

                            Molière, Jean-Baptiste Poquelin


                            Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.

                            Montaigne, Michel Eyquem de la


                            De cualquier forma los celos son en realidad una consecuencia del amor: os guste o no, existen.

                            Stevenson, Robert Louis


                            El amor es fuerte como la muerte; los celos son crueles como la tumba.

                            Salomón


                            Ser celoso es el colmo del egoísmo, es el amor propio en defecto, es la irritación de una falsa vanidad.

                            Balzac, Honoré de


                            Los celos son una mezcla explosiva de amor, odio, avaricia y orgullo.

                            Karr, Jean Baptiste Alphonse


                            En los celos hay más amor propio que amor.

                            Rochefoucauld, François de la


                            Los celos cuando son furiosos, producen más crímenes que el interés y ambición.

                            Voltaire, François Marie Arouet


                            Pedir celos es despertar a alguien que está durmiendo.

                            Refrán


                            La mujer celosa cree todo lo que la pasión le sugiere.

                            Gay, John


                            Celos son hijos del amor, mas son bastardos, te confieso.

                            Vega, Lope de


                            Los celos no son corrientemente más que una inquieta tiranía aplicada a los asuntos del amor.

                            Proust, Marcel
                            madison
                              madison
                              LA INFIDELIDAD


                              Razones más comunes


                              1. Nos sentimos devaluados. Terminado el enamoramiento,nos enfrentamos a la pareja real y olvidamos a la idealizada, y sus conductas no siempre placenteras en la convivencia defraudan nuestras expectativas. Si la pareja nos abandona al centrarse sólo en sus objetivos personales y no en los de ambos, y al mismo tiempo nos relacionamos con una persona distinta que nos hace sentir más valorados, la elegimos inconscientemente como nueva compañera.


                              2. La monotonía. Cuando nuestra pareja deja de tener detalles cariñosos con nosotros, sentimos que el amor se acabó, se produce un distanciamiento y nos empezamos a sentir encadenados a pasar el resto de nuestros días en una relación que ha perdido su encanto.


                              3. Una vida sexual deficiente. El sexo es un elemento esencial en la pareja y si éste es defectuoso, quien se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en su pareja.


                              4. Buscamos nuevas sensaciones. Si se acaba la seducción del enamoramiento y se vive en el hastío de una relación, hay quienes necesitan seguir satisfaciendo su necesidad de seguir enamorados. La curiosidad de experimentar el sexo con otras personas y de vivir la aventura es un fuerte motor para buscar un affair.


                              5. Sentimos amenazada nuestra libertad. Cuando la pareja es asfixiante o nos da pavor perder nuestra independencia y quedar atrapados en una relación, intentamos sentirnos libres cometiendo actos de infidelidad.


                              ¿Cómo prevenirla?


                              Para que una pareja se mantenga unida es fundamental conocerse íntimamente, conocer los gustos, la personalidad y deseos de su pareja. Saber que somos importantes el uno para el otro y expresar el amor día a día.

                              Para conseguirlo es necesario un esfuerzo y una dedicación de energías y de tiempo. Para evitar la infidelidad lo mejor es que tu pareja se sienta feliz contigo.


                              ¿Es flirtear ser infiel?


                              En la palabra flirtear se encuentra el "quid" de la cuestión. ¿Qué significado tiene para ti? ¿Simplemente es una manera de gustar a los demás o lleva connotaciones que rayan la infidelidad?


                              Para muchas, un flirteo es un juego inevitablemente inherente al ser humano, como animal social que es.


                              Para otras muchas, el coquetear con otra persona, aunque sólo sea por el hecho de agradar, puede despertar una respuesta, y es aquí donde se presenta el peligro real de la infidelidad.


                              Por eso, el flirteo en sí mismo ya es una infidelidad, aunque no haya contacto físico por medio, ya que se está solicitando una atención que no es precisamente de amistad.


                              Cuestión de límites


                              Pero no todo en la vida es blanco y negro y por eso, un coqueteo no tiene por qué suponer una ruptura. Dependerá de los límites que tengáis marcados como pareja.


                              Algunos determinan las zonas de peligro en el contacto físico. Mientras sólo haya palabras, todo vale. Pero ten en cuenta que, a veces, las palabras son más peligrosas que los hechos. Internet así lo ratifica. A través de una mera pantalla, y sin ningún contacto físico, puedes practicar cibersexo con distintas personas o contar con numerosos ciberamantes.


                              Para que no haya ninguna confusión que pueda dar al traste con una bonita relación, lo mejor es marcar vuestras propias reglas. Si se violan las normas y te hace sentir incómoda una vez tras otra con sus coqueteos, no es el tipo que necesitas. Pero cuidado: si eres tú la que no paras de lanzar miraditas a diestro y siniestro, puede que te estés jugando tu relación.

                              Y es que flirtear puede resultar bonito, e incluso positivo, para todos, ya que nos llega a subir nuestra autoestima, pero siempre y cuando no se haga daño a los demás.
                              madison
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                                Sobre la sexualidad:


                                EL MAPA DEL CUERPO


                                Supongo que todas debemos recordar que alguna vez alguien nos provocó una corriente tórrida, quemante e incontenible por todo el cuerpo. Sin poder definir exactamente por qué ni poder localizarlo en alguna parte en especial, todo nuestro ser respiró con otro ritmo y se dejó invadir por una sensualidad arrolladora.


                                No todos los días se alcanzan esas temperaturas ni todas nuestras compañeras son capaces de volver a encender esos estados. Tampoco se pueden obtener por vías mecanicistas, rutinarias, encuentros sin imaginación y hasta diría desapasionados.


                                La búsqueda de la sensación perdida puede iniciarse prácticamente por cualquier parte del cuerpo. Pies, párpados, brazos antepiernas, la nuca, el pelo y todo el resto de la superficie corporal están a la espera de ser visitados.


                                En verdad, todo el guante de piel que nos envasa es nuestro gran órgano sexual y puede servirnos para acceder a estos contactos cercanos con seres queridos. De piel a piel fue el contacto con nuestras madres. Si la piel tiene un lenguaje, este es el de la ternura sensual. Este fue el motivo por el cual generaciones de culturas oscurantistas hicieron de ella un tabú, condenando a la sexualidad a los limites de la genitalidad.


                                El contacto y la estimulación de la piel es uno de los mayores componentes de la actividad sexual. Ella no sólo siente cuando la tocan: también percibe lenguajes de temperaturas, texturas, tersuras y vibraciones que ofician de disparador para la más variada gama de sensaciones sexuales. Aunque no seamos conscientes de ello, cuando dos cuerpos se entrecruzan, el olor,el sabor, el tacto, la compatibilidad de nuestras pieles son quienes determinan la atracción o el rechazo más que cualquier otro elemento.


                                La existencia de lugares erógenos en todas las áreas del cuerpo es inagotable. En cada persona obedecen a un recorrido especial y distinto, no determinado por la presencia de tejidos mas sensitivos o por la mayor cantidad de corpúsculos sensibles al tacto, sino muchas veces por los recuerdos guardados en esos lugares. En un abrazo con tu pareja comienza lentamente a acariciarle la espalda, los brazos. Es un gesto que en sí puede no ser erótico. A ella le produce ondas de relajación, de abandono, deseos de sentirse mimada, cuidada. No sabe por qué, ni siquiera es preciso que lo sepa. Importa que ella se abrió al afecto y al goce, que la simple mano recorriendo la espalda los llevó a una escena de progresivo erotismo. Sin buscarla especialmente.


                                No es necesario, por supuesto, investigar la historia secreta de cada parte de nuestro cuerpo. Sí, imprescindible, saber que ninguna fórmula será infalible ni ningún experto podrá enseñarnos las claves. El aprendizaje pasa por el reconocimiento.


                                Ante tanta y tan sutil variedad de respuestas, acomete el miedo de que algunos territorios sean tan maravillosos como inaccesibles. No es para intranquilizarse: son tan accesibles como inagotables.


                                Las claves aparecen en las manos, a flor de piel, cuando aceptamos presentarnos verdaderamente desvestidos, desprotegidos, confiados en que nada de cuanto el cuerpo de la otra persona puede practicar sobre el nuestro vulnerara la entrega. Hay zonas del cuerpo que desean ser indagadas y descubiertas y si estamos alerta tendremos indicadores que nos dirán cuáles son.

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