Dime cómo caminas y te diré quién te gusta
Dime cómo caminas y te diré quién te gusta. Así se podría resumir la serie de conclusiones a las que llegaron tres estudios científicos que sugieren que la manera en la que un individuo se mueve podría indicar cuáles son sus deseos sexuales y hacia quiénes los orienta. Además, según el mismo estudio, el tipo de contextura también puede ser un indicio de si una persona es gay, heterosexual, lesbiana o bisexual. Por tanto, de hacer caso a estos descubrimientos, el bollo-radar de más de una podría afinarse mejor.
Según sugieren tres estudios publicados en el Journal of Personality and Social Psychology y reproducidos por el diario Minutouno.com, personas con mínima información fueron capaces de percibir estas señales en hombres y mujeres homosexuales, pero fueron más exactos en sus juicios con respecto a los gays que a las lesbianas.
“Ya sabemos que los hombres y mujeres se diferencian unos de otros por su cuerpo y modo de caminar, y que observadores ocasionales utilizan esta información como indicios para elaborar un rango de juicios sociales. Ahora hemos descubierto que pueden utilizar la forma del cuerpo y el modo de andar para discriminar si un extraño es hetero u homosexual con un pequeño pero perceptible grado de certeza”, señaló Kerri Johnson, psicóloga de la New York University y coautora del informe.
En su trabajo de observación, los investigadores utilizaron animaciones y personas reales como objetivos. Cabe destacar que los estudiantes fueron mucho más precisos al juzgar la orientación sexual de los hombres que la de las mujeres.
En primer lugar, midieron las caderas, cintura y hombros de 16 voluntarios de ambos sexos, la mitad de los cuales eran homosexuales. Luego, se les hizo caminar sobre una cinta móvil por dos minutos mientras un sistema tridimensional de captura de movimientos registraba la movilidad.
Así se determinó que los homosexuales tendían a tener un cuerpo más atípico que el de los heterosexuales y escapaban al modelo clásico de género tipo “reloj de arena” y a las mujeres con cuerpo “tubular”. En segundo término, los movimientos del cuerpo de los homosexuales eran más pronunciados -en cuanto al meneo de caderas en los gays y contoneo de hombros en las lesbianas- que el del grupo heterosexual.
La utilización de estos patrones no es casual. Dos integrantes del equipo de investigadores, en un estudio anterior habían revelado que el atractivo femenino se identifica con el meneo de las caderas y el masculino con el contoneo de los hombros. Por lo tanto, y como lo señalaron en su momento, la forma del cuerpo y los movimientos provocan percepciones sociales básicas de identificación del sexo: femenino o masculino.
Comentarios
dhurga
23 de September de 2007 a las 22:15
cierzo
23 de September de 2007 a las 21:04
23 de September de 2007 a las 20:57
neka
22 de September de 2007 a las 17:08
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