El doble cerrojo del armario
Rocío tiene el superpoder de ser invisible: es lesbiana y vive en Parla. Estas dos características unidas propician que su homosexualidad sea doblemente tabú, ya que las lesbianas están marginadas dentro de su propio colectivo y no cuentan con asociaciones o lugares de ocio específicos para ellas en el municipio. A sus 22 años ha sentido las miradas y los comentarios de la gente en muchas ocasiones. "Aquí la gente se gira más que en la capital. No creo que sea rechazo, pero sí es verdad que se quedan mirando más, supongo que por curiosidad", comenta la joven.
Por este motivo, a Rocío no se lo ocurre ir de la mano por las calles del municipio con su pareja, algo que en Madrid es habitual y no suele suponer ningún problema. "Siempre está el típico tonto que hace el comentario graciosillo' de ¿y vosotras como lo hacéis?' o vente conmigo y verás cómo se te van a quitar las ganas de estar con tías'. Además, siempre sale la palabra trío'... pero bueno, estas cosas también te las dicen en Madrid, no te libras", explica Rocío.
Las lesbianas están más ocultas porque "los gays son más atrevidos y a las mujeres, por lo general, les da más vergüenza ir de la mano". Esto no significa que haya menos lesbianas, sino que "se las ve menos", asegura la muchacha. ¿Y si pusieran un local de ambiente en Parla? Rocío asegura que no tendría éxito y que no iría casi nadie porque en la capital la gente se siente más libre y está mejor visto. Pese a todo, ella afirma que tiene más valor hacerse visible en el municipio que en Chueca, por ejemplo, y no cambiaría el sitio en el que vive por nada. "Parla me gusta, es tranquilo y lo prefiero al jaleo de Madrid. La capital me gusta para salir de fiesta, pero no para vivir allí", dice convencida.
Comentarios
lamaris
11 de July de 2008 a las 10:12
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