Cierto, es vomitivo, lo peor es que es tal la cantidad de productos de uso diario que provienen de la explotación infantil que puestas a hacer boicot no sabríamos por donde empezar. Desde mi modesta trinchera pongo (eso creo) mi granito de arena y no compro en chinos, pero es que para mi desolación me han dicho que no necesariamente los chinos traen productos desde Oriente, sino que mucha de su mercancía se fabrica en cuchitriles infames de Sabadell, Tarrasa y demás, o sea, aquí mismo. Es asqueroso.