Roberto es un hombre dolido. Su mujer Sofía le ha abandonado por una mujer, Rita, con la que se va a vivir, llevándose con ellas a su hijo adolescente René. Obsesionado con vigilar de cerca a su hijo ante el temor de que éste se convierte en homosexual y de paso hacer la vida imposible a las dos mujeres, Roberto alquila un apartamento justo enfrente del que habita su ex.

La vida de Roberto se verá interrumpida por Alejandro, gay, licenciado en filosofía y dueño del piso que alquila. La cosa se complica cuando Alejandro recién llegado de Europa y sin lugar donde dormir, decide quedarse en su piso, ante la oposición de Roberto que tampoco quiere abandonarlo. Los dos hombres se verán obligados a convivir.