Isabel y Mari Carmen, tres décadas de amor
Isabel y Mari Carmen se conocieron en la cuadrilla. Tenían 17 años y vivían en Rentería. Llevan casi tres décadas juntas. Y ahí siguen, a pesar de los insultos, vejaciones y bofetadas que tuvieron que soportar durante «tanto, tanto tiempo», recuerda Isabel con una sonrisa. Nunca pensaron en irse. Contaban con el apoyo de sus familias y, sobre todo, se tenían la una a la otra. «Nos quisimos nada más vernos. Aunque sin saber muy bien lo que sentíamos... ¡Es que aquello no nos parecía 'normal'! Recuerdo que mi madre me decía, 'eso no puede ser amor, no puede ser'». Todo era muy confuso salvo esa sonrisa que se les había pintado en la cara. No podían disimular cuando salían juntas; por eso se quedaron sin amigas. «Éramos siete en la cuadrilla... Y de las siete, sólo dos no nos rechazaron».
Tuvieron que empezar de cero; solas pero sin miedo. Se relacionaron con movimientos feministas y, al final, recalaron en una asociación de gays y lesbianas (EGHAM), «donde por fin nos encontramos arropadas y pudimos conocer a gente como nosotras», apunta Mari Carmen. Poco a poco, iban ampliando su círculo de amistades y ganando terreno a ese grupo «que a la mínima nos zarandeaba y daba golpes». Había veces en que la situación era tan asfixiante que ponían tierra de por medio: «Pero, hombre, tampoco muy lejos, nos íbamos a pasar la tarde a Donosti y ya está». Su hogar estaba en Rentería y de ahí no se movían. Incluso aprendieron «algo de karate y taekwoondo, para sentirnos más seguras al salir a la calle».
Ahora, que tienen 46 años, no les cabe duda de que «vivimos el momento más dulce de nuestras vidas». Isabel trabaja como limpiadora en la clínica San Ignacio y Mari Carmen es pescadera en Zarautz. «Tenemos nuestra casita y todo v a bien. Y además, hace dos años regularizamos nuestra situación. Fuimos al Juzgado de Paz y lo celebramos en una cafetería con los amigos y la familia. Luego montamos una fiesta en Gehitu (asociación vasca de gay, lesbianas y transexuales) con pastelitos y champagne». Isabel lo cuenta emocionada y hasta un poco sorprendida. «Jamás me imaginé que algún día recibiríamos regalos de boda. Si hasta nos pagaron un fin de semana en un hostal, con masajes y todo. Y luego marchamos a París».
Isabel y Mari Carmen nunca se han planteado adoptar un niño, «porque no hemos sentido la necesidad de ser madres».
Comentarios
barbie
17 de July de 2008 a las 03:22
15 de July de 2008 a las 18:07
streya
15 de July de 2008 a las 15:24
barsinas
15 de July de 2008 a las 00:33
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