La Sangre Del Dragon y La corte Del Rey Arturo
Páginas:
sereg | Publicado el 16-06-2004 01:06:55 |
|
|
En tiempos de la corte del Rey Arturo, Sir Nicholas el Vencedor del Dragón era un valiente caballero que tenía una vieja obsesión con el hermoso pecho de la Reina. Su fantasía era poder besárselo a gusto, pero sabía que el castigo a tamaña osadía sería la muerte. Un día le confesó su secreta aspiración al mago Merlín, quien le dijo que quizá podría ayudarlo a cumplir su deseo, pero que tal favor le costaría 100 monedas de oro. Sin dudarlo un instante, el caballero aceptó el trato sin regatear el precio. Al día siguiente el mago, quien tenía total libertad para moverse en palacio, accedió a las habitaciones de la Reina, y cuando nadie lo veía, puso un poco de un preparado urticante en el sostén de la soberana mientras ella se bañaba. Luego de vestirse, la Reina comenzó a sentir una comezón que iba en aumento y no se detenía con lavados, ungüentos ni con nada. Con la mayor urgencia Merlín fue llamado a consulta, quien informó al Rey que el único antídoto que podría aliviar la dolencia de la Reina sería el contacto durante dos horas con la saliva de alguien que hubiera tocado la sangre de un dragón. El Rey, sin perder tiempo, hizo traer inmediatamente a Sir Nicholas el Vencedor del Dragón. Cuando el caballero llegó, el mago le deslizó disimuladamente un frasquito conteniendo el antídoto contra la picazón y le dijo que se pusiera unas gotas en la boca. Durante las dos horas siguientes, el caballero satisfizo apasionadamente su obsesión en los magníficos pechos de la reina, quien se alivió de la comezón. Sir Nicholas el Vencedor del Dragón abandonó el palacio satisfecho, generosamente recompensado por el Rey y tratado como un héroe. Más tarde, Merlín fue a reclamarle sus 100 monedas de oro, pero el caballero, con su obsesión ya satisfecha y sabiendo que el mago no podría nunca arriesgarse a que la estratagema llegara a oídos del Rey, lo despidió de mala manera sin pagarle nada. Al día siguiente, Merlín deslizó una masiva dosis del polvo urticante en los calzoncillos del Rey, quien mandó buscar con la mayor urgencia a Sir Nicholas, el Vencedor del Dragón. |
|
Páginas: