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Las recién casadas que escribieron a Zapatero

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    -->Viene de la noticia homónima en .


    El Correo Digital Wrote:«La sintonía, perfecta»

    Txaro y Estrella se conocieron por Internet. La argentina dejó un mensaje en la página de Gehitu (una activa organización para gays y lesbianas del País Vasco), como quien lanza un mensaje sellado al mar. «En mi país no podía hablar de lo que sentía. Mis raíces, mis antepasados, son vascos y busqué esa página. No sé por qué puse el mensaje, la verdad. Había 5 chicos y 3 chicas... Cuando Txaro me contestó lo dejé pasar. Tardé un mes en responder». Ella era Karritx, una palabra inventada por Estrella, «como risa», con muchas kas y muchas erres «como hay en todo lo vasco», sonríe la argentina.

    Txaro cuenta la historia como se relata un deslumbramiento. Dice que el corazón le dio un vuelco cuando leyó el texto de vuelta de Estrella. Allí estaba quien tanto tiempo llevaba esperando. Lo supo de inmediato. «La sintonía fue perfecta. Me sinceré con ella como nunca había hecho antes con nadie... Hasta que un día le dije que me iba a conocerla a Buenos Aires».

    -«Yaaa», se medio enfada Estrella. «¿Y si todo hubiera sido una mentira? ¿Y si yo no hubiera existido? ¿O si hubiese sido un hombre?»

    -«Me echó muchas broncas por eso. Lo de Internet fue puntual. No he vuelto a chatear. Si piensas que eres legal, si vuelcas toda tu sinceridad en unos mensajes, no piensas que el otro no lo sea».

    Nueve años de espera

    En esos primeros meses intercambiaron fotos, secretos, confidencias y teléfonos. Txaro tenía que luchar contra el sueño para conectarse a horas sensatas con su amiga del otro lado del charco. «Había hasta 5 horas de diferencia. Ella me mandaba a la cama». Otro buen día Estrella reunió el valor para volar a San Sebastián. «La distancia es una pequeña muerte», dice la argentina con su voz queda y su acento dulce. «Fue una decisión que no se toma de un día para otro. Después de mi divorcio pasé nueve años sola. Y esta relación me conciliaba con lo que deseaba hace mucho, mucho tiempo...

    -«Pero la parte burocrática fue muy jodida, no se lo deseo a nadie. Te mina la moral y la autoestima...»

    -«Como que no volvería a pasar por lo mismo. Te vendrías tú para allá», susurra Estrella, como herida.

    Posiblemente Estrella Izar sea la primera argentina a la que se ha concedido un visado para estudiar euskera en un euskaltegi donostiarra. Era, dicen, la única fórmula posible para sortear la alambrada burocrática levantada por el Estado para hacer desistir a los emigrantes. «Una cosa es superar dificultades y otra, que te pongan zancadillas... No pasaría otra vez por eso», se duele Estrella. «Nos tocaron los tiempos más radicales del PP en política de inmigración... Y, bueno, lo que son las cosas. El día que le concedieron el visado, ese día murió mi padre...», recuerda Txaro.

    Estrella llegó a España el 20 de enero de 2003 -«recuerdo hasta la ropa que llevaba puesta...»-, con nieve, nervios y problemas de carreteras. Estrella llegó con toda su vida encerrada en una maleta, un par de perrillos y muchos recuerdos a cuestas.

    Acto seguido, las dos mujeres empezaron a saber lo que era vivir juntas: los repartos de tareas, las compras, las clases, los paseos, el ir juntas a la pelu... «Llevamos una vida muy normal. Todo lo hacemos juntas. ¿Hijos? No lo descartamos al 100%. Hemos hablado y pensamos mucho en el entorno familiar de la personita que vendría a casa. Hay que darle un entorno con la mayor cobertura posible al niño, un buen entramado... Estrella no tiene familia aquí, mis padres han muerto y mis tres hermanos viven en Murcia, Alicante y Cádiz. Un niño necesita el amor de una familia, creemos que el nuestro sería un ser bastante solo».

    «Tú quedas bien...»

    Bien. ¿Y cómo conviven dos mujeres de dos culturas diferentes con vidas diferentes? «Hablamos mucho. Es fundamental», dice Txaro. «La clave es decodificarse: cada persona tiene una forma de interpretar el mundo. Así que hay que hacer un esfuerzo de comunicación para buscar y conocer los códigos del otro. También es importante dejar claras qué cosas tienen que ver con la pareja y cuáles no y resolver esas dificultades prácticas porque si no, la relación se va al carajo. La familia debe ser un entorno entrañable», apunta Estrella Izar.

    -«Hay que aprender en la dulzura, en el afecto...».

    Un espectador imparcial (si en estos asuntos del corazón puede alguien decir que es desapasionado) establecería sin ningún género de dudas que esta es una pareja de mujeres enamoradas. «Y también muy seguras. El matrimonio me da mucha dignidad. Además estoy más tranquila: si a mí me pasa algo tú quedas bien», reflexiona en alta voz Txaro.

    -¿Y cómo os presentáis?

    -Pues... aquí Estrella, mi cónyuge.

    Las dejamos en la cafetería del Kursaal, iluminada ya en la tarde. Un último detalle. En el Libro de Familia de Txaro Gómez y Estrella Izar el "Don" está tachado.
    rogue
      rogue
      Ños acabo de ver mi vida descrita en una noticia...
      ainara
        ainara
        Siempre es agradable ver como triunfan los sentimientos por encima de cualquier traba que se les quiera poner. Me alegro muchísimo por ellas y... me alegro muchísimo por ti, Rogue, te deseo toda la felicidad del mundo icon_wink.gif

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