Es otoño. En el pequeño puerto danés de Nakskov las chimeneas de la fábrica de azúcar funcionan incansablemente. Gigantes aspas de molino de viento, yacen abandonados en las afueras de la ciudad.

El último año del instituto Sara y sus amigos hablan sobre el futuro, sobre el deseo de viajar a una ciudad más grande. Karen, una joven de las Islas Feroe, acaba de mudarse a la isla para trabajar como profesora del instituto local. El grupo de estudiantes está preparando la representación de Antígona. En las discusiones de clase surge preguntas: ¿Qué es la feminidad? ¿Qué es la masculinidad? ¿Qué es el arte? ¿Quién nos ve y de qué forma? ¿Quién somos y quién nos hace ser así?

Sara se siente fascinada por su nueva profesora, sus amigos encuentran a Karen extraña, quizás "demasiado feminista". En los intervalos entre ensayos de teatro y construcción del escenario, Sara intenta acercarse más a Karen. Sara, que ayudara a su profesora Karen a pintar su apartamento, al poco tiempo siente una atracción hacia ella y en su segunda visita, le confiesa que está enamorada. Karen rechaza la idea como un simple capricho.

Cuando un suceso inesperado tiene lugar en el pueblo, Karen quedará abandonada a su suerte.