Mujer, sexismo y literatura...
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apeabril | Publicado el 08-03-2011 20:02:49 |
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Os dejo este artículo en un día muy especial para nosotras. Fuerza y ánimos para seguir haciendo camino a pesar de que a veces intentan destruirlo. Artículo de Lucía Etxebarría sobre García MárquezArgumento de una novela: Un periodista ochentón verifica, entristecido, que su potencia sexual ya no es la que era. Cosas de la edad. Llama entonces a su proxeneta de confianza, aquel que le proporciona – a él y a media ciudad – los mejores Chaperos, y le pide que le busque un jovencito al que nadie haya tocado. El proxeneta le llama unos días después: ha localizado a un magrebí de barriada obrera, de catorce años, virgen con garantía, cuya familia está de acuerdo en vender los favores del chaval porque el padre está en paro desde tiempo inmemorial. La noche acordada, el proxeneta le proporciona una droga al chico para tranquilizarlo y favorecer los avances del anciano pero con tan mala fortuna que el chico, agotado tras una jornada particularmente dura – pues a pesar de su corta edad ya trabaja ilegalmente en una fábrica – se queda tan profundamente dormido como para hacer imposible su desfloración. El viejo permanece toda la noche contemplándolo, extasiado con su belleza y cuando vuelve a casa el ochentón lleva tal calentón encima que, ante la visión de la dérriere de su secretario, que está agachado recogiendo unos papeles, no puede contenerse y le viola. Luego, le arroja unos billetes a modo de compensación.Si este libro se publicara en España, el escándalo sería mayúsculo, del tipo del que le cayó encima a Arthur C Clarke en 1998, cuandoThe Mirror le acusó de ser un pedófilo. O sin ir más lejos, mi amiga Lola Beccaria tuvo que oír de todo a propósito de la publicación de su novela ” Una mujer desnuda”, en la que se narran las relaciones de una prepúber con un amigo de su padre. Pero resulta que cuando sale al mercado un libro con el mismo argumento, el mismo, pero con la sutil diferencia de que el putero es un señor heterosexual y la niña vendida y la criada violada (analmente por cierto) dos mujeres, nos encontramos entonces con “una admirable historia de amor… una estupenda metáfora de la sociedad donde todos caben con suficiencias o exageraciones, una novelita-joya que contiene sabias frases de prosa brillante, desbordante, donde la pasión tardía se enseñorea en el corazón del viejo”, en palabras de la crítica. Toma ya. Botón de muestra que describe al aluvión de reseñas favorables que se ha desbordado por los suplementos culturales españoles, unánimes en su admiración. Sí, me estoy refiriendo a la última novela de García Márquez, al que, como Premio Nobel, se supone que debemos respeto. Premio Nobel de la Paz fue también Henry Kissinger, responsable directo del golpe de Estado Militar contra Allende y de toda las dictaduras (incluidas las que falsamente se disfrazan de democracias) que campean hoy en América Latina.¿Les he convencido con este ejemplo del androcentrismo imperante en la critica literaria? Pues daré otro: En cada entrevista, cada una, que he hecho de entre las más o menos veinticinco a propósito de la edición francesa de mi libro “Una historia de amor como otra cualquiera” me han hecho la misma pregunta: ¿Por qué sus protagonistas son mujeres? Estoy por ver que alguien le pregunte a Houllebeq o a Beigbeder la cuestión inversa. Y no se lo preguntan porque, pese a que las mujeres seamos mayoría en el mundo ( 53% de la población), a día de hoy lo masculino es la norma y lo femenino es la desviación, y por eso resulta tan extraño que se escriba sobre mujeres. Podría escribir sobre muchísimas escritoras injustamente olvidadas o no reconocidas en su valía: Ángela Figueras Aymerich, María Teresa León, Rosa Chacel… Podría hablar de una conversación con la hija deCarmen Laforet en la que ella me confirmó lo que yo ya sospechaba: que su madre había dejado de escribir incapaz de soportar la presión y las críticas (algo parecido me pasó a mí, que me planteé muy en serio abandonar el oficio después de la reacción que suscitó mi segunda novela, Beatriz y los cuerpos celestes). Podría escribir de Ana María Matute, que sufrió los embates de una censura feroz que le impidió ejercer su escritura en libertad. Podría hablar de cómo El País, el supuesto diario “progresista español”, publicó, para cerrar el último número del siglo veinte de su suplemento cultural, un artículo titulado ” Los mejores escritores españoles del siglo” en el que no se incluía a una sola mujer…Y entre tanto mientras todo el mundo se rasga las vestiduras al hablar de páginas de pedofilia en Internet, el Nobel, sus editores y su agente se llenan los bolsillos de plata, y en este país se oculta el triste hecho de que el 75% de los hombres que pegan a sus mujeres abusan también de sus hijas, y la sociedad bienpensante cierra los ojos al pasar por la calle de la Cruz, por la Montera, o por la casa de Campo, donde muchas menores de edad se ven obligadas a vender su cuerpo para lucrar a las mafias que las explotan, porque vivimos en un mundo plagado de millones de putas tristes que no lo son porque les da la gana, sino, precisamente, porque una cultura machista, perpetuada por la literatura, por los textos escolares, por el cine, por la publicidad, por la tradición, ha enseñado y sigue enseñando a los varones que la explotación y el maltrato a la mujer no solo es un hecho permisible, sino romántico. Como también enseña que la mujer deseable es aquella mujer bella que no habla, que solo nos escucha, y jamás nos contradice y, por lo tanto, si se pasa la vida dormida, tanto mejor, porque ya se sabe que, desde siempre, a los hombres nos gusta cuando callamos, porque estamos como ausentes y porque calladitas estamos más monas, y que el amor, según mucha literatura, no es un intercambio adulto y consensuado en el que cada cual da y recibe, sino una relación de dominación en la que una parte de la pareja se somete totalmente a la otra. ¡Lucía, por favor, es solo ficción!, dirán algunos. Pero cito a Florence Thomas cuando escribe: “El lenguaje es el fundamento de la reproducción del sexismo; es un aparato de construcción y de representación de la realidad y por consiguiente de la acción sobre ella por medio de elaboraciones simbólicas. A través de él internalizamos ideas, imágenes, modelos sociales y concepciones de lo femenino y de lo masculino, entre otras..” En cristiano: que de lo que se lee, se aprende, y que la única forma de cambiar la sociedad pasa por intentar transformar los modelos de representación que reproducen las estructuras dominantes.En un país como Colombia, en el que casi 40.000 menores de edad practican (y no libremente) la prostitución, según estimaciones más que fiables de la DAS y la Interpol, y en el que todas las fuentes coinciden en afirmar que el ingreso de niños y niñas a la prostitución es cada día mayor y las edades de vinculación cada vez más tempranas, ¿no podría haber aprovechado el Premio Nóbel la plataforma que le ofrecen su fama y su prestigio para ayudar a luchar contra semejante lacra en lugar de idealizarla y glorificarla? Y cuando media España protesta unánimemente contra los casos de prostitución infantil de Barcelona ¿no es hipocresía que nadie, en ninguno de los medios mal llamados suplementos culturales de este país se haya atrevido a alzar el gallo para decir que García Márquez puede escribir mejor o peor, pero que lo que ha escrito se llama apología de la explotación infantil y de la violación, y que como tal debe leerse, y nunca como historia de amor? |
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ultrasonica | Publicado el 20-03-2011 02:25:46 |
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No puedo estar de acuerdo con Lucía Etxebarría... en casi nada, así que voy a ir citando y así me aclaro. La Etxebarria escribió: Esto me suena un poco a... "bueno, como en otros casos se ha criticado, ahora por justicia o algo así tampoco debería permitirse". Si estás a favor de la libertad de expresión, lo estás al 100% y viceversa, así que si quieres que a tu amiga Lola Beccaria no se la critique no lo haces tú tampoco, porque juzgas con el mismo doble rasero que criticas. La Etxebarria escribió: En fin... no sé la proporción de personajes femeninos y masculinos en la literatura, pero vamos, si a Houellebecq no le han preguntado por qué siempre tiene personajes masculinos, sí que le han tachado muchas veces de misógino (por lo poco que he leído de él, injustamente) por ejemplo, así que me parece un poco pecar de victimista, todos reciben. Y ya comento del resto en general aunque brevemente porque vamos... esta mujer confunde el tocino con la velocidad. ¿Qué tendrán que ver las páginas de pedofilia en Internet con una novela de ficción? Que en Colombia casi 40.000 menores de edad practican la prostitución ¿y? García Márquez es un escritor y como tal escribe sobre el tema que quiere y con la perspectiva que quiera, es que ya solo faltaba... Me recuerda a hace poco que leía en el periódico alguien quejándose de la polémica con el libro de Sanchez Dragó, diciendo algo como que, el incidente con las preadolescentes aquellas "ya lo podría haber abordado desde una perspectiva que... bla, bla, bla". Pero bueno, no sé, desde cuándo a uno le tienen que decir si tiene que escribir algo de una manera u otra? Se trata de ficción, y desde la plataforma de artista (por muy Nobel que sea) uno no tiene que ir de Teresa de Calcuta... Es como si yo me decido a escribir un libro y lo protagoniza un asesino en serie que se considera a sí mismo un genio porque mata que te cagas de bien y además nunca le pillan, y no tiene ni un solo remordimiento, más bien está orgulloso porque está librando al mundo de parásitos sociales... pues mira. No creo que Lucía Etxebarría se molestara en escribier un artículo sobre mí. Bueno, resumiento un poco mi punto de vista: 1) cada uno escribe la ficción que quiere, 2) no solo sobre el tema que quiere, también con la perspectiva que quiera, 3) muy cierto que las producciones culturales y demás son un aparato de construcción y representación de la realidad, pero eso no justifica el poner límites a la libertad de expresión, limítate a contraatacar con tus historias, 4) si yo quiero vender la historia de una violación como una historia de amor estoy en mi derecho, primero porque para algo escribo yo el libro, segundo porque unas cosas no quitan a otras y no he leído el libro pero mira, quizás primero quiso follársela por dinero y acabó pillándose, yo que sé, 4) apología es una palabra muy grande y se usa con demasiada ligereza, madre mía últimamente con las apologías de la pederastia... cualquier día escribo un post aquí y acabo en la cárcel por pedófila! Y ya está. Con el resto estoy más o menos de acuerdo pero creo que se le ha ido un poco la mano a esta mujer. Y ojo que aunque no lo parezca, no soy nada fan de García Márquez, no he leído ni un solo libro suyo incluyendo el de este tema y en cambio me encanta Beatriz y los cuerpos celestes y un día le grité a la Etxebarría que la quería (cosas de la adolescencia....) así que no es una cuestión de amiguismo ni nada XDDD. |
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