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Poesía

Desconocida
    Desconocida

    Prefiero tu tímida sonrisa

    a su perpetua sombra,

    tus sueños de verano

    a sus infinitas promesas,

    tu cariño de siempre

    a sus abrazos del final,

    tu recuerdo lejano

    a su coloreada presencia.

    Porque tu eres

    el día que nos queda

    y ella

    la oscuridad que pasa.

        Marzo 1985.     Dedicada a mi padre.

    Desconocida
      Desconocida

      A esta autora la descubrí, no sé si decir por casualidad, cuando estaba en la universidad. Nunca había oído hablar de ella, pero el libro de poemas que me leí me gustó mucho.

      ANTE TI

      Porque siendo tú el mismo, eres distinto
      y distante de todos los que miran
      esa rosa de luz que viertes siempre
      de tu cielo a tu mar, campo que amo.

      Campo mío, de amor nunca confeso;
      de un amor recatado y pudoroso,
      como virgen antigua que perdura
      en mi cuerpo contiguo al tuyo eterno.

      He venido a quererte, a que me digas
      tus palabras de mar y de palmeras;
      tus molinos de lienzo que salobres
      me refrescan la sed de tanto tiempo.

      Me abandono en tu mar, me dejo tuya
      como darse hay que hacerlo para serte.
      Si cerrara los ojos quedaría
      hecha un ser y una voz: ahogada viva.

      ¿He venido, y me fui; me iré mañana
      y vendré como hoy...? ¿qué otra criatura
      volverá para ti, para quedarse
      o escaparse en tu luz hacia lo nunca?

      (Carmen Conde)

      Desconocida
        Desconocida

        Aquí voy a dejar unos poemitas de Augusto Ferrán, autor romántico, coetáneo y amigo de Bécquer. De hecho, supe de él por la introducción que Bécquer escribió a uno de sus libros de poemas, "La soledad".

        Compañera de mi alma / no te apartes de mi lado / porque si me dejas solo / la soledad me hará daño

        "Pasé por un bosque y dije / aquí está la soledad... / y el eco me respondió / con voz muy ronca: aquí está./ Y me respondió aquí está / y sentí como un temblor, / al ver que la voz salía / de mi propio corazón".

        Sé que me voy a perder
        y ya sé que estoy perdido,
        y solamente me pesa
        que no te pierdas conmigo.

        saudade
          saudade

          No las ví, si las hubo,

          señales que me advirtieran

          que el amor tuyo no era

          para mí.

           

          Por eso andando seguí

          llamada por tu mirada

          que el corazón me encendía,

          y cuando llegar creí

          al anillo de tus brazos,

          rompiste todos los lazos

          y en el olvido caí.

           

          Morir puede ser, a veces,

          el instante en que sabemos

          que nunca más volveremos

          a encontrar

          los ojos que nos amaron,

          las voces que nos nombraron

          al pasar.

           

          Después se sigue viviendo,

          si es que se puede llamar

          vivir, a dejarse ir,

          no importa cómo ni cuándo,

          simplemente desandando

          recuerdos hasta partir.

           

          Caminar, para encontrarte,

          fue tan sólo caminar.

           

          Pero el regreso –dejarte-

          fue comenzar a arrastrar

          el paso cual bestia herida

          que no entiende que la vida

          se le está yendo al andar.

           

          Meira Delmar

          ding
            ding

                 Murió ya en mí la poesía
            y a todo con melancolía
            mi alma viste.
            Los seres van, las cosas son...;
            ya nada me causa emoción,
            bella o triste.
                 Y yo examino, y oigo, y veo;
            mi voluntad, ni en un deseo
            pone empeño.
            La vida fue. Mi amor disperso
            fuese, y se fue mi ansia de esfuerzo
            y de ensueño.
                 Pensé y comprendí demasiado;
            todas las simas he sondeado
            de los seres.
            La hora llegó de los adioses;
            ya sé que todos mienten: dioses
            y mujeres.
            ¡Adiós los puertos y las naves!
            ¡Adiós al verso ardiente o suave
            de mi labio!
            Postrer refugio de mi edad
            será esta triste majestad:
            ser un sabio.

                                Edmond Haraucourt

            fanfarlo
              fanfarlo

              Invernando

              éste es el tiempo fácil: no hay faena.

              he echo funcionar el extractor de la comadrona,

              tengo miel,

              seis tarros de miel,

              seis ojos de gato en la bodega,

              que invernan en una oscuridad sin ventanas,

              en el corazón de la casa,

              junto a la compota rancia del inquilino anterior,

              y las botellas de destellos vacíos:

              ginebra de sir fulano.

              ésta habitación en la que nunca he estado.

              ésta es la habitación cuyo aire nunca pude respirar.

              Se arracimaba en ella la negrura, igual que un murciélago,

              sin otra luz

              que la linterna y su tenue

              amarillo chino en objetos abrumadores:

              negra estolidez. Deterioro.

              Posesión.

              Son ellos mis dueños.

              Ni crueles ni indiferentes,

              sólo ignorantes

              Este es el tiempo de estereo para las abejas; las abejas

              tan lentas, que apenas si las reconozco,

              en fila como soldados

              hacia la lata de jarabe

              para compensarse la de la miel que yo les he quitado.

              Se mantienen con tate & lyle,

              la nieve refinada.

              Viven de Tate &Lyle, en vez de flores.

              Se lo llevan. El frio se consolida.

              Ahora se apelota en un bulto,

              mente

              negra contra todo este blanco.

              La sonrisa de la nieve es blanca.

              Se extiend, cuerpo de porcelana de Sajonia de una milla de largo,

              hasta el cual, en los dias templados,

              sólo pueden llevar los muertos.

              Las abejas son todas mujeres,

              doncellas y la real señora alargada.

              Se han desembarazado de los hombres,

              esos seres obtusos, torpes manzanas y patanes.

              El invierno es para las mujeres;

              la mujer, quieta con su labor de punto,

              junto a la cuna de nogal español,

              con el cuerpo como un bulbo expuesto al frío y demasiado atontada para pensar.

              ¿sobrevivira la colmena?¿lograran los gladiolos

              ahorrar lo suficiente de sus fuegos

              para llegar al año próximo?

              ¿A qué sabrán los eléboros negros?

              Las abejas están volando. Notan el sabor de la primvera.

              SYLVIA PLATH

              fanfarlo
                fanfarlo

                Las calles de Copenhague:

                Las ciudades no existen pero hablamos de ellas.

                Verano en Copenhague. Un monopolio

                de luz verde parada en las estatuas

                públicas, los tejados

                unánimes, el bosque en las afueras

                que contiene un castillo.

                                                   Entre los árboles,

                la mañana se enfría

                como una bala en el corazón de un animal muerto.

                Vemos la duración de la rosa; un jardín

                del cementerio antiguo con las tumbas

                de Andersen y Soren

                Kierkegaard, bajo un cielo

                que invita a comprender seriamente la vida.

                Aunque,

                             tal vez,

                                       la vidaes mejor comprenderla

                como la poesía según Coleridge:

                de un modo imperfecto y general.

                Hay trenes encendidos

                que llenan de metal los corazones tristes

                cuando pasan

                                       y un puerto que recuerda

                los últimos poemas

                de Baudelaire -como el ladrón que borra

                sus pasos en la nieve, así los escritores

                de otro tiempo, nos plagian nuestros libros de ahora.

                No existen las ciudades

                pero existe una forma de mirarlas.

                Así hay barcos que llegan al verano

                de las islas;hay días que establecen

                su desorden perfecto

                -parecido al desorden en los árboles

                de un bosque-. Y observamos

                la realidad como el lector viajero 

                que cruza los paises

                contemplando el paisaje artificial de un libro.

                yo tenía tres modos de pensar

                igual que un árbol en el que hay tres mirlos.

                BENJAMÍN PRADO

                ding
                  ding

                  LA PULGA

                       Picó atrevido un átomo viviente
                  los blancos pechos de Leonor hermosa;
                  granate en perlas, arador en rosa,
                  breve lunar del invisible diente.
                       Ella, dos puntas de marfil luciente
                  con súbita inquietud bajó quejosa,
                  y torciendo su vida bulliciosa,
                  en un castigo dos venganzas siente.
                       Al expirar la pulga dijo: "¡Ay triste!,
                  ¿por tan pequeño mal, dolor tan fuerte?"
                  "¡Oh pulga -dije yo-, dichosa fuiste!
                       Detén el alma, y a Leonor advierte
                  que me deje picar donde estuviste,
                  y trocaré mi vida con tu muerte.

                               Atribuido a Lope de Vega

                  fanfarlo
                    fanfarlo

                    soy viuda. podría ser charleville. podriía ser cualquier parte.

                    me muevo detrás de los arados.los campos.el joven arthur merodeaba

                    por la granja la bomba del pozo

                    artesiano. lanza vidrio verde conocido como desecho de cristal.

                    me pega en el ojo.

                    estoy arriba en la habitación vendando mi herida.él

                    entra. se apoya contra el dosel. sus mejillas rosadas.

                    aire desdeñoso manos grandes. lo encuentro endiabladamente sexy.

                    cómo ocurrio pregunta indiferente. demasiado indiferente.

                    levanto el vendaje. muestro mi ojo ensangrentado echo un desastre,

                    un sueño de poe. se queda asombrado.

                    se lo explico rápida bruscamente. alguien me lo hizo. tú me lo hiciste.

                    se cae sobre la cama. llora. me coge por las rodillas. lo cogo por el pelo. que no

                    hace sino arder en mis dedos. fuego espeso de zorro. suave pelo amarillo.

                    pero ese inconfundible tono rojo. rúbeo. reflejo rojo. pelo de él.

                    oh, jesús cómo lo deseo, sucio hijo de perra. lame

                    mi mano. me sereno. ve rápido tu madre te espera. se

                    levanta. se está yendo. pero no sin la mirada de

                    esos frios ojos azules que destroza. ese que duda

                    es mio. estamos sobre la cama. le he puesto un cuchillo en el delicado cuello.dejo que gotee. nos abrazamos. devoro su cuero cabelludo

                    piojos gordos como pulgares de bebé. piojos caviar de cráneo.

                    .........SUEÑO DE RIMBAUD. PATTI SMITH.

                    fanfarlo
                      fanfarlo

                      INFANCIA Y CONFESIONES
                      A Juan Goytisolo

                      Cuando yo era más joven
                      (bueno, en realidad, será mejor decir
                      muy joven)
                      AAAAAAAAAAalgunos años antes
                      de conoceros y
                      recién llegado a la ciudad,
                      a menudo pensaba en la vida.
                      AAAAAAAAAAMi familia
                      era bastante rica y yo estudiante.

                      Mi infancia eran recuerdos de una casa
                      con escuela y despensa y llave en el ropero,
                      de cuando las familias
                      acomodadas,
                      AAAAAAAAAAcomo su nombre indica,
                      veraneaban infinitamente
                      en Villa Estefanía o en La Torre
                      del Mirador
                      AAAAAAAAAAy más allá continuaba el mundo
                      con senderos de grava y cenadores
                      rústicos, decorado de hortensias pomposas,
                      todo ligeramente egoísta y caduco.
                      Yo nací (perdonadme)
                      en la edad de la pérgola y el tenis.
                      La vida, sin embargo, tenía extraños límitesy lo que es más extraño: una cierta tendencia 25retráctil.
                      Se contaban historias penosas,
                      inexplicables sucedidos
                      dónde no se sabía, caras tristes,
                      sótanos fríos como templos.
                      AAAAAAAAAAAlgo sordo
                      perduraba a lo lejos
                      y era posible, lo decían en casa,
                      quedarse ciego de un escalofrío.

                      De mi pequeño reino afortunado
                      me quedó esta costumbre de calor
                      y una imposible propensión al mito.

                      Jaime gil de Biedma. Hoy me quedo con la última porque yo sufro de mitopóiesis aguda, y hoy cayó un mito. R.I.P.

                      cascarita
                        cascarita

                        Soy lo que falta

                        del mundo dónde vivo,

                        al que entre todos

                         nunca encontraré.

                        Girando sobre mi mismo ahora coincido

                        con lo que me sustraen.

                        Soy mi eclipse 

                        la contumancia y la melancolía

                        el objeto geométrico

                        del que tendré que prescindir para siempre.

                        Valerio Magrelli

                        cascarita
                          cascarita

                          Pues me salió duplicado el poema de Magrelli, así que edito y paso a un pied de nez

                          Ahí va mi Dolor pegando saltos

                          por el salón alfombrado de rojo-

                          mi satén de ternuaensebado,

                          todos los encajes de mi alma rotos...

                          El Error siémpre riéndome disparatado-

                          falso misterio,pero que no se abrca...

                          De antiguo armario que cruje aciago,

                          mi alma actual es el verdoso espejo...

                          En mí llora un payaso dando piruetas;

                          mi castillo en el aire, helo vendido-

                          y, entre tanto, se fueron apor violetas,

                          me dieron besos sin haberlos pedido...

                          Pero como siempre,al final, banderas negras,

                          tómbolas falsas, un destrozado tiovivo...

                          Mario de Sá Carmeiro. Suicida por estricnina.

                          chinaski
                            chinaski

                            En un ataque de celos que no tuve, compuse este poema que no escribí:

                            Échale A Él La Culpa (Vicente Gallego)

                            Hoy te has ido de fiesta con amigas,
                            y sin que tú sepas me regalas
                            un tiempo de estar solo que ya empieza
                            a ser raro en mi vida, un tiempo útil
                            para intentar pensar en ti como si fueras
                            lo que siempre debiste seguir siendo
                            cuando pensaba en ti: aquella persona,
                            en todo semejante a cualquier otra,
                            que una nnoche lejana tuvo el gesto
                            generoso y extaño de entregarme su amor.
                            Pero el amor nos cambia, nos convierte en espías
                            ridículos del otro, en implacables jueces
                            que condenan sin pruebas y comparten
                            sus estúpidas penas con el reo,
                            El amor nos confunde y trata ahora
                            de que vea en tu fiesta una traición.

                            Por huir de esa trampa me amenazo
                            con los nombres que cuadran al que cae en su vacío:
                            egoísta, ridículo, inseguro, celoso…
                            Y como un ejercicio de humildad pienso en ti
                            divirtiéndote sola: te imagino bailando;
                            y mirando a otros hombres;
                            al calor del alcohol
                            confiesas a una amiga algunas cosas
                            que te irritan de mí sin que yo lo sospeche,
                            y por unos instantes saboreas
                            una vida distinta que esta noche te tienta
                            porque eres humana, aunque no me haga gracia.

                            Ahora caigo en la cuenta de que dudas
                            como yo dudo a veces, y que también te aburres,
                            y que incluso algún día habrás soñado
                            follar como una loca con el tipo que anuncia
                            la colonia de moda.
                            Para calmarme un poco
                            tras la última idea, yo me digo
                            que el amor es un juego donde cuentan
                            mucho más los faroles que las cartas,
                            y procuro ponerme razonable,
                            pensar que es más hermoso que me quieras
                            porque existen las fiestas, y las dudas,
                            y los cuerpos de anuncio de colonia.

                            Lo que quiero que sepas es que entiendo
                            mejor de lo que piensas ciertas cosas,
                            que soy tu semejante, que he pensado besarte
                            cuando llegues a casa; y que es el amor
                            -ese tipo grotesco y marullero-
                            el que va a hacerte daño con palabras
                            absurdas de reproche cuando vuelvas,
                            porque ya estás tardando, mala puta.

                            chinaski
                              chinaski

                              TÚ ME LLAMAS, AMOR...

                              Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi,
                              cruzo la desmedida realidad
                              de febrero por verte,
                              el mundo transitorio que me ofrece
                              un asiento de atrás,
                              su refugiada bóveda de sueños,
                              luces intermitentes como conversaciones,
                              letreros encendidos en la brisa,
                              que no son el destino,
                              pero que están escritos encima de nosotros.

                              Ya sé que tus palabras no tendrán
                              ese tono lujoso, que los aires
                              inquietos de tu pelo
                              guardarán la nostalgia artificial
                              del sótano sin luz donde me esperas,
                              y que, por fin, mañana
                              al despertarte,
                              entre olvidos a medias y detalles
                              sacados de contexto,
                              tendrás piedad o miedo de ti misma,
                              vergüenza o dignidad, incertidumbre
                              y acaso el lujurioso malestar,
                              el golpe que nos dejan
                              las historias contadas una noche de insomnio.

                              Pero también sabemos que sería
                              peor y más costoso
                              llevárselas a casa, no esconder su cadáver
                              en el humo de un bar.

                              Yo vengo sin idiomas desde mi soledad,
                              y sin idiomas voy hacia la tuya.
                              No hay nada que decir,
                                                                            pero supongo
                              que hablaremos desnudos sobre esto,
                              algo después, quitándole importancia,
                              avivando los ritmos del pasado,
                              las cosas que están lejos
                              y que ya no nos duelen.

                              Luis Gª Montero

                              alexmalt
                                alexmalt

                                Quitaros esa máscara,
                                la tristeza no es más que una careta,
                                puede durar tanto como tardes en quitártela tú mismo,
                                prueba.
                                Estás provocándote llanto artificial, hermano;
                                he dicho hermano y debí decir amante.
                                Nos cogemos las manos y no decimos que se siente nada.
                                Poco a poco se va mezclando nuestra sangre en los
                                                                                               encuentros.
                                Un buen día acabaremos por ser la misma cosa.
                                Libres somos.
                                Frecuentamos el dolor porque queremos,
                                como pudiéramos frecuentar el parque.
                                Hablamos de mutuas soledades,
                                hablamos de aventuras que tuvimos,
                                de que todo está lejos,
                                de que es difícil.
                                Y nunca hablamos de esto maravilloso que nos va
                                                                              convirtiendo en ranas.
                                Quién dijo que la melancolía es elegante?
                                Quitaros esa máscara de tristeza,
                                siempre hay motivo para cantar,
                                para alabar al santísimo misterio,
                                no seamos cobardes,
                                corramos a decírselo a quien sea,
                                siempre hay alguien que amamos y nos ama.

                                 gloria fuertes

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