El ex obispo y presidente de Paraguay, Fernando Lugo, aseguró que “respetaría las opciones personales de los ciudadanos paraguayos, que viven con libertad, su emotividad, su sexualidad” al ser consultado sobre el casamiento “entre personas del mismo sexo”.

Fue en una entrevista concedida al programa “El péndulo” del canal Unicanal de la capital guaraní a dos semanas de asumir como jefe de Estado y a menos de un mes de recibir la dispensa papal concedida por Benedicto XVI que lo regresó al estado laical.

De este modo, el ex obispo devenido en presidente ratifica su postura de campaña cuando al ser consultado sobre la posibilidad que ofrezca una ley del matrimonio entre personas del mismo sexo señalaba que “matrimonio, no. La unión, sí. Es diferente”.

El capítulo III del Código Civil paraguayo establece en su artículo 140, inciso g, (de la capacidad para contraer matrimonio y de los impedimentos) que “no pueden contraer matrimonio entre sí las personas del mismo sexo”.

Si bien las declaraciones del ex obispo toman dimensión por la investidura del ahora presidente, en Paraguay estas intenciones de concretar la modificación del Código para permitir la unión civil tiene su historia.

En el año 2003, quien fuera ministra de la Mujer, María José Argaña, declaró que apoyaría la unión civil entre lesbianas generando expectativa entre las comunidades de lesbianas y gays.

Por aquel entonces la “activista lesbiana y feminista”, Verónica Villalba expresó su satisfacción por las expresiones de la ex funcionaria porque “el sólo hecho de haberlo dicho ya es todo un acontecimiento”.

Otra de las integrantes del grupo lésbico Aireana, Raquel Caballero, manifestó su optimismo ante las declaraciones de la ministra: “es muy positivo porque nos abre la posibilidad de llevar adelante un proyecto de ley para la legalización de parejas homosexuales, al igual que en la ciudad de Buenos Aires, y en muchas otras del mundo”.

Las recientes declaraciones de Lugo prometen amplio debate y polémica a la cuestión “muy sensible” de la comunidad guaraní.