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Relatos bonitos acerca de animales

raiza
    raiza
    He pensado q podriamos subir aqui aquellos relatos,historias,cuentos cortos, q tengan como centro la relacion entre el ser humano consciente y los animales (aunq sea para subiernos el animo ante tanta injusticia icon_rolleyes.gif )...para empezar,os dejare este relato q acabo de encontrar:


    Camino al Cielo


    Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un enorme árbol, cayó un rayo y los tres murieron fulminados.


    Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales; a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición...


    La carretera era muy larga, colina arriba, el sol era muy fuerte, estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un portal magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde manaba un agua cristalina.


    El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada.


    -Buenos días.


    - Buenos días - Respondió el guardián.


    - ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?


    - Esto es el Cielo.


    - Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos.


    - Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera - Y el guardián señaló la fuente.


    -Pero mi caballo y mi perro también tienen sed...


    - Lo siento mucho - Dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales.


    El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo; dio las gracias al guardián y siguió adelante.


    Después de caminar un buen rato cuesta arriba, exhaustos, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puertecita vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles.


    A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero, posiblemente dormía.


    - Buenos días - dijo el caminante. El hombre respondió con un gesto con la cabeza.


    - Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo.


    - Hay una fuente entre aquellas rocas - dijo el hombre, indicando el lugar - Podéis beber tanta agua como queráis.


    El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed. El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.


    - Podéis volver siempre que queráis - Le respondió-


    - A propósito ¿Cómo se llama este lugar?


    - Cielo.


    - ¿El Cielo? Pero... si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo


    - Aquello no era el Cielo, era el Infierno.


    El caminante quedó perplejo.


    - ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe de provocar grandes confusiones!


    - ¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos...
    lirio
      lirio
      Son casi las 3:00 am y acabo de leer tu relato. Será el letargo que poco a poco se convierte en sueño, quizá la música suave que completa el ambiente, será el referente que el texto pintó en mi mente, pero me ha conmovido mucho. Muy buena idea la de este post, Raiza Wapisima, y muy hermoso el relato que nos has compartido.
      raiza
        raiza
        Lirio querido,no sabes cuanto me agrada saber q te ha gustado icon_biggrin.gif ...creo q hay tanto por hacer y,como bien dice sita Lampito,no hay q cejar en nuestro empeño por hacer de este un mundo mejor...la idea es subir cuanta historia bonita encontremos y q refleje las buenas relaciones entre los seres humanos y los animales (de compañia o no)...algo para recordar q no tod@s somos desalmad@s (y mas cuando estamos en la epoca donde mas se ve el abandono de las mascotas)...


        Un besazo muy especial para mi niño kiss.gif
        verbena
          verbena
          Espero que esta historia os guste...es muy tierna...


          LA NIÑA Y LA PALOMA

          Claudita quería mucho a los animales y un día se encontró una paloma que tenía una de sus alas heridas y no podía volar.


          Se acercó con todo cuidado y tomándola entre sus manos se la llevó a su casa hasta que sanara y pudiera nuevamente volar. Allí la metió en una caja de cartón con unos géneros viejos y le echó un poco de desinfectante en el ala para curarla.


          Durante varios días, después que llegaba del colegio, ella hizo lo mismo hasta que la paloma pareció estar un poco mejor.


          El viernes cuando llegó fue a verla como de costumbre, pero la paloma ya no estaba. Primero Claudita se alegró mucho pensando que la paloma se había sanado y que pudiendo volar se había ido a buscar a los suyos en el cielo. Pero, por otra parte, también se puso triste porque ya no la iba a ver más, y ella se había encariñado con la paloma.


          Así, esos dos sentimientos estaban entonces juntos en su corazón: la alegría y la pena.


          Como Claudita no entendía muy bien lo que le pasaba, fue a contarle todo a su mamá. La mamá le dijo que lo que ella sentía era algo natural, pero que la alegría tenía que ir poco a poco ganándole a la pena, porque aunque era verdad que ella echaba de menos a la paloma, ella la había curado para que pudiera volar, y que por eso, por haber logrado sanarla con sus cuidados, tenía que sentirse muy feliz.


          Claudita, aunque comprendió e incluso estuvo de acuerdo con la explicación de su mamá, no pudo dejar de sentir pena, pues ella echaba mucho de menos a su paloma.


          Otro día, en medio de unas plantas, descubrió a un pajarito que estaba enredado entre unas ramas y unos palos, sin poder escapar. Se acercó con mucho cuidado para no asustarla, igual como lo había hecho con la paloma, y abriendo un camino con sus dos manos, le ayudó a liberarse de su prisión.


          El pajarito voló y voló contento por el aíre hasta alejarse. Claudita, mirándolo, tuvo un gran sentimiento de ternura en su corazón, y entonces comprendió lo bueno que era que su paloma estuviera volando libre, sana y contenta como ese pajarito feliz.


          Desde entonces de a poco su pena fue desapareciendo y la alegría se hizo muy grande, hasta que pudo ella sola llenar todo su corazón.


          Un besazo
          david
            david
            Bueno, ya que estamos hablando de historias de animales, a ver que os parece esta:


            Las vidas de un gato:


            Siempre he pensado que es verdad, que los gatos tienen más de una vida, pues de otra manera no habría explicación racional a historias como ésta. ¿O quizá sí?


            Un buen día ella salió de casa para hacer la compra. Vivía en una pequeña colonia que se encuentra a unos minutos andando del centro del pueblo. Un lugar tranquilo, de casas bajas, y donde la paz se respira en cada bocanada de aire.

            Al salir de casa vio a un pequeño gato agazapado en mismo centro de la calle, pero no se sorprendió, pues en la zona había muchos gatos callejeros.

            Hizo la compra.

            Y volvió a casa.

            Y, tras más de una hora, pudo ver que aquel animal no se había movido del sitio, lo que le hizo pensar que, quizá, no se encontrara bien.

            Al acercarse, se sorprendió de que el felino no saliera huyendo, algo habitual en los animales callejeros, tan habituados a la paliza y la pedrada por parte de aquellos que, en un ejercicio de absoluta incapacidad mental, se consideran mejores que los animales a los que torturan. En vez de eso, el gato permaneció inmóvil, y permitió que ella se acercara hasta poder ver perfectamente su cara.

            Y que cara.

            Llena de pus, con un ojo cerrado y lleno de legañas, y todo él hecho un saco de huesos. Con demasiada hambre hasta para desconfiar.

            Así que ella decidió tomar al animal entre sus brazos, y tras descubrir que, en realidad, se trataba de una fémina, la llevó hasta casa con la intención de darle algo de comer.

            Y desde luego que comió. Comió por el hambre del día, de la semana, y seguramente de toda la vida.

            Ella no se conformó, y decidió limpiar su cara, pese al riesgo de uñas y dientes.

            Hecho esto, y viendo que la infección tenía un aspecto realmente malo, decidió llevar a Cleo (Cleopatra, pues ese fue su nombre) al veterinario del pueblo, quien tras realizar cuantiosas pruebas, y con el dolor que sufre alguien que quiere a los animales al decir algo así, procedió a informarla sobre lo que había visto.

            El informe habría puesto los pelos de punta a muchos:

            .- El tabique nasal estaba deshecho por culpa de la infección, y pronto se hundiría ahogando a Cleo.

            .- El ojo de Cleo estaba bastante mal por culpa de la infección, por lo que acabaría por perderlo en poco tiempo.

            .- Los huesos de Cleo eran débiles, pues el cancer había empezado a roerlos.

            .- La cavidad torácica de Cleo era muy pequeña, por lo que, al crecer, el corazón terminaría por explotar.


            Ante tal diagnóstico, el veterinario solo supo recomendar un tratamiento, que se resumió en las siguientes palabras:

            .- Si queréis hacer algo por ella, procurad que sus últimos días sean felices, que se vaya con un buen recuerdo.


            Y así, con semejantes perspectivas, ella tomó a la gata entre sus brazos, la llevó a casa, y decidió que era eso lo que haría, hacer que lo poco que le quedaba de vida a Cleo fuera mejor de lo que había tenido hasta entonces.

            La dio de comer, la cepillo, limpió sus heridas, jugó con ella, y así día tras día, esperando el desenlace.

            Sin embargo algo extraño pasó, pues aún cuando todo apuntaba a que Cleo moriría muy pronto, la gata decidió llevar la contraria a la razón y no morirse.

            En lugar de ello, y como si cada cuidado, cada cariño, cada caricia, fuera un poco de la medicina que necesitaba para recuperarse, fue levantándose, y contra todo pronóstico todo aquello que parecía insalvable fue desapareciendo.


            Aquello ocurrió en 1.995,

            Vivimos en 2.003

            "ella", es mi madre,

            y Cleo aún sigue aquí, en casa.


            Algunas noches, cuando llego cansado a casa y ella al verme empieza a frotarse con mis tobillos, pienso que estoy muy cansado, que he tenido un día de mucho trabajo, y que lo último que me apetece hacer es ponerme a jugar con ella.

            Pero luego recuerdo la historia, recuerdo que, si está aquí, es precisamente por eso, y tras sacudirme la pereza y ponerme a juguetear con ella y a dejar que muerda mi mano, me doy cuenta de cuanto he aprendido de su historia, y de lo bien que me siento al poder jugar con ella.


            Cada vez que hablo con Paco (el veterinario) sobre Cleo, él no duda en afirmar (con una sonrisa de oreja a oreja), que gracias a Cleo cree en los milagros, y que desde entonces no ha dejado de dedicar hasta el último suspiro por cualquier animal, por muy mal que éste esté. Si con Cleo fue así, puede serlo con cualquiera.



            Beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeesos,


            David.
            raiza
              raiza
              sita Verbena,David,cielo...gracias por las historias,son preciosas...levantan el animo a cualquiera icon_wink.gif ...a mi,por lo menos,me han alegrado el dia (y las guardare,no lo dudeis)


              Un besazo
              char
                char
                Este post es precioso y mi historia muy triste... pero demasiado real


                DIARIO DE UN PERRO


                Una semana: Hoy hace una semana que he nacido. Qué alegría haber llegado a este mundo.




                Un mes: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.




                Dos meses: Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta y con sus ojos me dijo adiós. Espero que mi nueva familia humana me cuide tan bien como ella me ha dicho que harán.




                Cuatro meses: He crecido rápido, y todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como hermanitos. Somos todos muy inquietos, ellos me tiran del rabito y yo les mordisqueo jugando. Nos divertimos mucho.




                Cinco meses: Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice pipí dentro de casa, pero nunca me habían dicho dónde hacerlo. Además duermo en un cuartito...y ¡ya no aguantaba más!




                Ocho meses: Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar, y me siento tan seguro, tan protegido...Mi familia humana me quiere y me deja hacer muchas cosas. Cuando están comiendo yo les pido algo y siempre me lo dan. Y el jardín de casa es estupendo, y puedo escarbar como mis antepasados los lobos, escondiendo la comida. Creo que nunca hago nada mal porque nunca me dicen nada...




                Doce meses: Hoy cumplí un año. ¡Soy un perro adulto! Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Seguro que se sienten orgullosos de mí...




                Trece meses: Que mal me sentí hoy. Mi hermanito, uno de los niños, me quitó la pelotita. ¡Yo nunca le quito sus juguetes! Así que se la quité, pero mis mandíbulas se han hecho fuertes y le hice daño sin querer. El gritó y lloró y yo me sentí muy triste. Después del susto me encadenaron casi sin poder moverme. Hacía mucho sol y tenía mucho calor y no había agua cerca...Y les oí decir que iban a tenerme en observación o algo así, y que soy un desagradecido. No entiendo nada.




                Quince meses: Ya nada es igual. Vivo en la azotea y me siento muy solo. No se por qué mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed, y cuando llueve no tengo ningún techo para cobijarme.




                Dieciséis meses: Hoy me bajaron de la azotea. Me puse muy contento de que me perdonaran, y daba saltos de gusto, y movía el rabito como nunca. ¡Y además me van a llevar de paseo! Monto en el coche y espero a ver a dónde me llevan, tengo muchas ganas de correr y jugar con mi familia. Paramos, abrieron la puerta y yo me bajé feliz. Estábamos en la carretera, al lado de un campo y pensé que pasaríamos un día estupendo. No entiendo por qué cerraron la puerta y se fueron. ¡Esperadme!, les grité, ¡Os olvidáis de mí! Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas, muy angustiado, iba viendo que no podría alcanzarles, que no podía correr más y el coche se iba haciendo pequeñito. Me habían olvidado.




                Diecisiete meses: He intentado encontrar el camino para volver a casa y no lo he conseguido. Estoy perdido. A veces me encuentro con gente buena que me mira triste y me da algo de comer. Yo les doy las gracias con la mirada, y les digo que querría que me adoptaran, que les prometo ser leal como nadie...pero sólo dicen "pobre perrito, se debe haber perdido". Y se van y me dejan sólo otra vez.




                Dieciocho meses: Es otro día pasé por un colegio y vi a muchos niños como mis antiguos hermanitos. Me acerqué y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras, "a ver quien tiene mejor puntería", decían. Una de las piedras me dio en un ojo y ya no veo con él.




                Diecinueve meses: Ahora ya no se me acerca casi nadie, creo que es porque ya no soy un perro bonito. Estoy muy flaco, perdí mi ojo, tengo alguna herida de algún perro más fuerte que me mordió cuando intentaba comer y hace mucho que nadie me cepilla el pelo. La gente no me acaricia. Últimamente lo que abundan son los escobazos que me dan cuando intento dormir un poco a la sombra de alguno de sus porches.




                Veinte meses: Casi no puedo moverme. Hoy intenté cruzar la calle por donde pasan coches y uno me atropelló. Aunque yo creo que estaba en un lugar seguro...y no olvidaré la mirada de satisfacción del conductor que hasta se ladeó con tal de darme...Si me hubiera matado...pero que va, sólo me dislocó la cadera y el dolor es horrible. Mis patas traseras no se movían, así que con mucha dificultad me arrastré hacia el borde del camino, donde había un poco de hierba.


                Llevo diez días bajo el sol, la lluvia y el frío, sin comer. Ya no me puedo mover nada, el dolor es insoportable. Me siento muy mal, cuando llovió se hizo un charco donde yo estaba y como no podía moverme estuve mojado muchísimo tiempo, y creo que mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa sin verme, otros me dicen "no te acerques"...¡pero si ni me puedo mover!




                Ya casi estoy inconsciente, pero una fuerza extraña me hizo abrir los ojos. Una mujer muy dulce me decía "pobre perrito, cómo te han dejado". Junto a ella venía un señor de bata blanca, que empezó a tocarme y dijo "lo siento señora, pero esto ya no tiene solución, es mejor que deje de sufrir". A la señora se le saltaron las lágrimas y asintió, y como pude, moví el rabito agradeciéndole que me ayudara a descansar. Sentí un pinchazo de la inyección y me dormí mientras ella me acariciaba la cabeza, pensando porqué tuve que nacer si nadie me quería.
                lirio
                  lirio
                  Es justo lo que deberíamos hacer para muchas cosas: pensar en las otras partes y ponernos en su lugar para saber, o al menos suponer, cómo puede ser una apreciación distinta a la nuestra. Triste es el anterior relato, algún día leí algo similar via e-mail, me pregunto si las personas que cometen esta clase de tonterías lo habrán leido, y de ser así, ¿habrán recapacitado?
                  raiza
                    raiza
                    guada,Teniente,gracias por vuestros animos...venga,si teneis alguna historia para compartir,subidla,por favor icon_wink.gif

                    Un besazo
                    la_teniente_oneil
                      la_teniente_oneil
                      Me han gustado muchos los relatos q habeis puesto, sobre todo este ultimo d Char xq eso seguro q pasa mucho mas a menudo d lo q nos podemos imaginar.

                      El d David m recuerda a lo q pasó con mi perra...el dia despues d q nos la entregaran empezo a vomitar y tener diarrea (no m acuerdo como se llamaba la enfermedad), la llevamos al veterinario y estubo 15 dias con suero, en una pata llevaba todo el dia una aguja clavada y se la hinchaba, el suero ya casi ni entraba asi q la tubieron q cambiar la aguja a la otra pata, mi perra estaba en los huesos totalmente...tengo una foto d ella asi y cada vez q la veo...uff. El caso es q los veterinarios la veian tan mal q nos dijeron q podiamos ir mirando algun perro d los q tenian en la Sociedad Protectora d Animales xq ya pensaban q se iba a morir...imaginaros como estaria yo cuando nos dicen eso..solo la conocia hacía una semana (esperé 13 años para tenerla), pero para mi es como si llevase to la vida cn ella y staba destrozada...milagrosamente se fue recuperando y ahora stá echa una peazo perra preciosa icon_biggrin.gif
                      Y tu relato Raiza es mas..no se como decirlo..vamos q m a gustado mucho la ultima parte

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