Tan torpe que me enamoré
Su amiga Fernanda le advirtió que mantuviera las distancias con Gala. Y Noa lo intentó, ella jura que lo intentó.
Pero es que entre golpes, magdalenas y una insubordinación cardíaca, esta rubia mindundi no pudo menos que acercarse a los labios de Gala Sagasti. Y todo hubiese ido bien, pero ya se sabe, cuando hace pop, ya no hay stop.
Escritora/Escritor: Mar Rodríguez
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