Tres historias cortas y a lo peor, un ripio
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tetxu | Publicado el 21-12-2004 18:12:02 |
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A vuestras bondades me confío, en agradecimiento a todas aquellas que escribisteis vuestras propias historias y me hicisteis sentir más que lectora, cómplice de vuestros éxitos y fracasos, aquí me teneis redactando, igual que hice en párvulos, tres tontas anécdotas de las muchas que me han ocurrido. A todo esto, lo redacto en mi (farragoso) román paladino. Va por ustedes (jefaaaaaaaaa!!!! estoy vendidaaaaaaaaa!!!). Historia 1 o 1ª historia o His. Durante un tiempo ni yo misma supe lo que me estaba pasando. Todos mis sentidos dejaban de funcionar con normalidad ante su presencia. Mi corazón latía muy deprisa y mis pulmones no eran capaces de actuar al unísono. A la falta de aire y riego tenía que añadir las sensaciones de mi estómago, que creía estar en una montaña rusa y empezaba a dar vueltas y brincos. Todo esto no hacía sino acentuar el ligero temblor que sufro ante los desconocidos; y la conciencia de este mi descontrol corporal me avergozaba, con lo cual mi carita colorada era todo un acicate para mis mal pensados (y queridos, sin retintín) compañeros. Realmente, si todo esto me ocurría cuando ella aparecía en mi campo de visión, sólo pude advertir dos soluciones posibles: A: Evitar su presencia o B: zambullirme en ella. Mi razón se decantó por la versión A, como forma más segura de preservar la unidad de mi persona, mi corazón y mi alma. Pero un mal día en que mi alma se fue a recoger pepinillos, mi corazón, borracho de no sabía qué, obligó a mi persona a un execrable acto con el fin de resolver el tema de sus arritmias, a saber.... levantó el teléfono y marcó el número de la causa de sus desdichas y.... no supo qué decir. ¡Ese es mi corazón, aúpa (gilipollas)!. Así que fue en ese momento cuando mi tontaina persona intuyó lo que me estaba pasando. Pero cuando mi alma volvió (harta de vinagretas), se enfadó tanto que desde entonces no deja que mi estómago pare dar brincos cada vez que le recuerda aquella llamada, ni deja a mi corazón seguir un ritmo mesurado... y además gira y gira en mi cabeza. Mi pobre persona se siente cada vez más diminuta, y esta trinidad (persona, corazón, alma) no consigue sincronizarse... y no me deja saber qué es, en realidad, lo que me está pasando. |
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tetxu | Publicado el 21-12-2004 19:12:13 |
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Historia 2 o 2ª historia o To Hubo tiempos muy buenos, superlativos, diría yo. Casi como si se hubiera completado lo inacabable. Teníamos todas las respuestas... o estabamos dispuestas a afrontarlas, por un instante. Pero sólo fue una ilusión. La ilusión hipócrita del que busca el final de la historia pero en realidad quiere que termine, tal vez porque es incapaz de continuarla sin ayuda del autor.... Así estoy yo. Esa estupenda temporada simplemente dejó de existir. No hubo malicia, ni reproche, ni malentendido ni ninguna de esas cosas mezquinas que matan una relación (de amor, a dos, de amor). Hubo algo peor y más cotidiano, más vulgar. Pienso que fue una llamada al desamor para dejar de sentir tanto. Por miedo a sentir tanto. O quizá para no olvidar la vida ya vivida y aceptada, superada. O quizá porque ya es tarde para desandar caminos y volver a empezar, ahora niñ@s, ahora indefens@s, ahora vulnerables ... de nuevo. Así que nos devolvimos la bonanza de lo sabido y no quisimos aprender más de nosotras mismas, ni de nuestro "pecado" que no era tal sino se le mira con la lupa de la intransigencia, de la intolerancia, de la incompresión. Dos seres perdidos ¿qué más pueden pedir, sino ese encuentro?... Pero, sí. Nos volvimos a perder, cada una en su mundo conocido. La una porque el compromiso hace daño, la otra por no romper un compromiso anterior. Y así continúa el cuento, la historia inacabable. No sé por qué me da que, a solas, esta historia no tendrá un bonito final. |
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tetxu | Publicado el 21-12-2004 19:12:24 |
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Historia 3ª o 3ª historia o Ria. Al entrar en aquella cafetería, lo primero que encontré fue una camiseta blanca de tirantes sobre unos hombros bronceados con un estupendo tono muscular. Al alzar la vista de mis desvelos, tuve el destello de un cabello dócil y brillante y de unos ojos ... que debieron sentirse observados ya que siguió un fogonazo tal de reconocimiento en ambas, que aún hoy me niego a aceptarlo. Desde entonces yo estoy en su mirada y ella en el rabillo de mi ojo. Y, aún así, no deseo mayor cercanía que mi propia imaginación. Temo romper el encanto, ya os hablé de mi temblor. |
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tetxu | Publicado el 21-12-2004 21:12:48 |
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En fin, ahí va el ripio u amenaza. Prohibido prohibir pero un poquito de porfavor, vale? Hoy eras toda rosa, amor mío, y has engordado un poquito como cada invierno. Tus curvas son así más generosas y la silueta de tu imagen me llena, aún más si cabe, la mirada. Pero sabes que es en tu rostro en lo que me regozijo y lo que me atemoriza aceptar es que son tus ojos sin fondo el pozo de mis pesadillas. Porque no advierto en ellos amor sino desconcierto y yo no se explicar, ni se si quiero hacerlo, esto tan hondo que siento cada vez que apareces, por casualidad, allí donde me encuentro. Aunque lo que sí puedo decirte, es que no renegaré de ello. Ni debes sentir, amor, rencor alguno por este deseo, dedicado a tí que llevo dentro. |
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