Director: James Gray

Nacionalidad: EE.UU

Guionista: James Gray, Ric Menello

Reparto: Joaquin Phoenix, Gwineth Paltrow, Vinessa Shaw, Isabella Rossellini

Género: Drama-Romance

Sinopsis: Todo empieza en Brooklyn, donde Leonard, un joven con problemas emocionales, vuelve al hogar de su infancia para reponerse tras su última recaída. Mientras trata de recuperarse bajo la atenta mirada de sus preocupados padres, dos mujeres entrarán en su vida. Michelle, una bella y sensual vecina con un halo de misterio que parece no encajar en el aburrido barrio donde vive Leonard, y la encantadora y sencilla Sandra, hija del nuevo socio de su padre. El amor de Leonard se debatirá entre la complicada y emotiva Michelle y Sandra, la chica perfecta a ojos de su familia

Premios: Nominada a la Palma de Oro

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Recomiendo muchisimo esta película. Hacer el esfuerzo de evitar prejuicios leyendo una sinopsis que en principio no plantea nada nuevo en el panorama cinematográfico. Aquí el enfasis lo pone el incipiente Gray  (conste que ya me dejó boquiabierta con su dilema fraternal, policiaco y dilectivo en La Noche es Nuestra)y el séquito de la plantilla: Phoenix, Rossellini, y Vinessa para hacerles un monumento a los tres, pedazo de actuaciones. El resto de elenco, correcto. Gray me recuerda al viejo y fallecido Rohmer jugando a las apuestas pascalianas en triangulos amorosos, claro que salvando la gran distancia, cuando el primero explica el sentimiento a partir del sentimiento, mientras que el francés analiza éste a través de un exahustivo diagnóstico racional. Lo mejor del primero es su desnudez y transparencia de lo que nos cuenta. Lo mejor del último, su gran contradicción y paradoja.

Two Lovers despunta y no cae en convencionalismos baratos ni tampoco en (algo que he repetido hasta la saciedad en varios sitios) esa estúpida necesidad de forzar las situaciones hasta límites absurdos y carentes de sentido, sólo en aras a una supuesta originalidad intelectual, que no es más que una actuación de un vulgar esnob, ya que se imita el prestigio de algunos directores subversivamente intelectuales, que sean francos con ellos mismos. Para mi es muy fundamental que me transmitan naturalidad y autenticidad,  da igual el género o tema a departir. Puede existir la admiración y las influencias, de hecho el cine así se concibe en muchas ocasiones, pero que no se use como mero instrumento para colgarse una etiqueta, y creerse la panacea cinéfila, aquí iria un Lars Von Trier, o un Medem, o incluso si me pongo quisquillosa, una Coixet.

Por otro lado, un ejemplo radical del buen uso de las influencias para que se entienda bien esto sería Tarantino, que no pierde su particular estilo. Gray podría pasarle algo similar, persuadido por Rohmer, pero ofreciendo su exclusiva visión de la disyuntiva que padece Leonard. Tiene el tono perfecto, ni desorbitadamente dramático, ni irónico, ni cínico, ni tampoco sarcástico que parece que si una película (meto aqui también las series) no agrupan esas caracterísitcas será simplota y olvidable, pues no, ésta tiene el tono justo en su medida y proporción al tema que trata.

Como espectadores seremos incapaces de juzgar ni elegir por los protagonistas, todos tendrán sus propias razones y todas nos podrán parecer válidas, e incluso admirables en ocasiones. Ni todo es blanco, ni todo es negro, esa sería la mejor conclusión para la película.