---Continuacion de L.P.D.9---

Nuestra relación durante los siguientes años fue escasa, nos veíamos en el patio del instituto y nos saludábamos cortésmente pero sin mediar más que un ¡hola!, yo andaba con mis movidas rokeras y el baloncesto, salía con Juancho batería de un grupo hevi y me preparaba concienzudamente para la selectividad.

Rosa, después de dejar a Mario, salio con varios chicos pero no parecía cuadrarle ninguno, la eligieron Reina de las fiestas  y salía con lo mas pijo del pueblo.

El dia que nos examinábamos de selectividad la vi salir cabizbaja del examen, no le dije nada, se me acerco y saludándome pregunto por el examen, me contó que  le había salido fatal y que no sabia si le daría la media para hacer enfermería, no volví a saber de ella.

Yo me vine a Madrid a estudiar ingeniería y años después me entere que Rosa había podido entrar por los pelos en la escuela de Enfermería, me alegre por ella.

Recorrí Gran Via buscando el hotel, pregunte por su habitación y al cabo de unos minutos oi mi nombre, me volví y allí estaba, alta, seguía igual de esbelta, la sonrisa amplia, perfectamente vestida y maquillada, y el pelo recogido en una cola de caballo, me recibió con un abrazo y dos sonoros besos, yo sonreí cortes e intente poner cara de interés, Rosa se dio cuenta de mi descoloque y me invito a salir del hotel con un gesto.

-He reservado mesa en un vegetariano, espero que te guste.

Le dije que si, ella no sabia como  ir y me indico la calle y el nombre, yo lo conocía, había cenado allí varias veces con Luis.

Caminamos casi en silencio diciendo obviedades, hablando del tiempo, una vez llegamos al restaurante me pidió disculpas por la hora de la llamada, comenzó a hablar de gente que ambas conocíamos, antiguos compañeros de instituto, conocidos del pueblo, yo la miraba aparentando interés, a los postres me dijo.

.- ¿Este es un local Gay?

Le comente que estábamos en el barrio de Chueca y que en él vivía mucha gente que tenia esa orientación sexual, a continuación cambiando de tema me bombardeo con preguntas sobre mi trabajo, mis aficiones, las amistades, el sueldo, casa, familia, y por fin pareja, a todo conteste con pequeñas explicaciones y le conté que estaba saliendo con Luis, que nos llevábamos muy bien y que a lo mejor en un futuro cercano podíamos formalizar la relación,-Ya sabes por lo del reloj biológico ese-.

Ella no soltaba prenda, eso si, yo sabia que era enfermera y que trabajaba en el hospital general en Urgencias.

Se quedo mirando a dos mujeres que comían en la mesa de al lado, me comento que tenia  una compañera lesbiana. -¿ y tu conoces algún Gay?- pregunto, le dije que si,  en mi oficina tenia un compañero aparejador  y que precisamente  era  el que me había traído al restaurante en el que estábamos comiendo ahora. Se quedo callada unos segundos mirándome fijamente  a los ojos dijo.

-¿Te preguntas que es lo que quiero, verdad?

Continuo diciendo que  reconocía  en mi esa expresión de impaciencia, y que le producía mucha  ternura reconocer expresiones en mi cara.

-.Bien, pues he venido a verte.  Por que  quiero tener un hijo.

No pude reprimir la carcajada, y le dije que a pesar de que presumía de tener una mente abierta, no  veía la conexión entre verme y quedarse embarazada. Pero para  ella si la había y tenia que ser muy importante para ponerse en contacto conmigo.

Me contó que hacia dos años que conocía a Oriol, era medico en el hospital, estaba separado y tenia dos hijos de su anterior matrimonio, durante el tiempo que llevaban juntos ella se había dado cuenta de que Oriol era el hombre perfecto, vivían juntos casi seis meses. Oriol había comprado una casa en el Cabo de las Huertas con espacio suficiente para una familia y se estaba planteando seriamente el quedarse embarazada, por otro lado a parte de la ilusión de Oriol, ella llevaba años pensando en ello, le apetecía ser madre, con los hijos de su pareja tenia una muy buena relación.

.-¿yo que pinto en todo eso?- le pregunte intrigada.

Si quería tener un hijo y había encontrado al hombre perfecto ya tenia resuelto el problema, pero su respuesta me sorprendió aun más si cabe

......continuara----

¡Que continúe, que continúe! Yo estoy intentando hacer mis conjeturas, pero en eso es mil veces mejor que yo Anada_Aki, que tiende a descifrar los argumentos cuando aún quedan chorrocientas páginas... A ver si voy puliendo yo mi técnica ;·)

----Capitulo III L.P.D.9-------

-Tengo que hacer la prueba del nueve.

-¿Qué es la prueba del nueve? Pregunte yo.

-Pues esa prueba que hacemos para saber si una multiplicación o una división están bien

Riéndome de la ocurrencia le dije que eso  lo sabia, pero que no veía la  operación matemática por ningún  lado, ella me contesto que si la había, uno mas uno podían ser dos o tres o cuatro, o ser dos unidades independientes, todo dependía de la famosa prueba del nueve.

Recordó la ultima vez que estuvimos juntas en mi casa, me pregunto si yo lo recordaba, le dije que era un recuerdo vago, y que en cierto modo me sentí utilizada.

Ella no había podido olvidar, recordaba cada detalle, cada frase y refresco mi memoria.

Y recordé Se desnudo, se puso el  pijama y se metió en la cama, yo hice lo mismo, estábamos recostadas sobre la almohada y yo me incline sobre ella para empezar con el ensayo, me acerque a su boca Espera apaga la luz, me da corte- dijo.

-Pero si apago la luz no nos vamos a ver.

-Bueno, pero es que me da un poco de vergüenza.

Apague la luz y a tientas Rosa toco mi cara se acerco a ella despacio y deposito un beso muy suave en mis labios, sabia besar la cabrona, pero yo también sabia, habíamos aprendido juntas.

Al cabo de un rato  abrió su boca y note su lengua, sentí que una corriente eléctrica recorría mi cuerpo, respondí con el mismo gesto.

 Rosa estaba  recostada encima de mi, yo notaba sus pechos y sus caderas que movía rítmicamente, su pierna entre las mías y nuestras lenguas enredadas, suspiro y dijo.

-Si esto es así contigo, con un tío tiene que ser la hostia.

Yo afirme, con un tío tenia que ser la hostia.

Rosa describía las caricias los suspiros, me miraba a los ojos mientras lo recordaba. A partir de ese momento y hasta ahora había buscado aquella sensación en cada una de las relaciones  pero no se  produjo, ni con Mario ni con los demás.

Me contó que se sintió muy mal por que creyó que yo me había enfadado cuando ella empezó a salir con Mario, cuando quiso volver conmigo yo ya salía con otra gente y le dio vergüenza.

Paso años buscando una relación que le hiciera sentir lo que sintió aquella noche  sin encontrarla, hasta que llego Oriol y se rindió.

Mientras me contaba lo que había sido su vida amorosa en los últimos quince años yo me quedaba perpleja, así que pregunte de la manera más inocente que pude que era lo que había sentido aquella noche.

-La felicidad, la  absoluta y total felicidad.

O lo que ella entendía por felicidad, me comento que incluso recordaba mi olor, una mezcla de palomitas de maíz y caramelo de menta.

Nos quedamos en silencio, yo sin saber que decir, ella esperando un comentario por mi parte, nos sentimos incomodas las dos.

-Éramos unas crías.

No me dejo terminar la frase, ella sabia que éramos unas crías y se lo había repetido miles de veces, llego a pensar que podía ser lesbiana, intento ligar en un bar de ambiente, pero todos sus intentos fueron en vano, ahora tenía algo claro, que le gustaban los hombres.

Pero aun así, no iba a quedarse tranquila si no se cercioraba de algo, y solo ella sabia lo que era la prueba del nueve.

-¿y que pinto yo en tu prueba?

-Todo-Me miro fijamente mientras me lo decía- solo tu eres capaz de resolver mi problema y saber si me estoy planteando mi vida correctamente o no.

Insistí en que si amaba a Oriol no debía pensar en pruebas.

-El amor es algo que se siente o que no se siente, pero sabes que amas a alguien, no necesitas pruebas para reconocer los sentimientos.

-Marta  he tenido que hacer un gran esfuerzo para venir a verte, me alegro de haberte encontrado ¿tu te has alegrado al verme?.

-Claro, claro mujer, lo que sucede es que hace tantos años que.. en fin me has pillado algo desprevenida.

..continuara

Volvió a quedarse callada, no era esa la respuesta que esperaba y se noto su decepción, las cosas no estaban saliendo según sus planes , y si algo recordaba  de Rosa era que toda su vida había sido una perfeccionista y cuando las cosas  no salían como ella había planeado se contrariaba mucho, pero otra de sus virtudes es que era muy insistente, no daba su brazo a torcer con facilidad y que siempre, siempre que yo recordara se  salía con la suya, y volví a caer en la trampa, después de ver su cara  me arrepentí de mis palabras y me sentí culpable, al fin y al cabo ella había venido a Madrid a verme venciendo la vergüenza, al menos se merecía que le prestara atención, y me vi diciendo.

-Esta bien, no se que es esa famosa prueba, pero como siempre haré lo que tu quieras

Esbozo una sonrisa, aunque sus ojos seguían tristes, me pregunto por mis planes para la noche, respondí que había quedado con unos amigos para ir al cine o a tomar algo por ahí.

Eran las siete de la tarde habíamos caminado despacio dando un paseo por las calles del centro parándonos en cada escaparate y comentado lo efímero de las modas, la vuelta de los viejos ochenta con los calentadores y mallas, todo aquello que una vez nos pareció super hortera lo veíamos en los escaparates,  me volvió a preguntar por la hora, parecía preocupada, como si tuviera que emprender una tarea que le resultara penosa y no se atreviera a dar el paso definitivo.

-Acompáñame al hotel  te lo cuento, y así se termina todo esto.

Todo el trayecto hasta el hotel lo hicimos en silencio, ella cabizbaja,  yo esperando que me indicara lo que íbamos a hacer, o que al menos me diera alguna pista, pero no soltó palabra.

Subiendo en el ascensor observe su gesto, me dio la impresión de que estaba disgustada, al llegar a la habitación abrió la puerta y me dejo pasar, encendió la luz, se quito la chaqueta, entro en el cuarto de baño y tardo en salir unos minutos, yo mientras tanto observe la habitación y me senté en el sillón que estaba libre de objetos personales, bolso, maleta, un pantalón, unos libros, un portafolios el ipod y un portátil, parecía que Rosa había venido a Madrid a trabajar y lo mas probable era que la famosa prueba del nueve fuera una excusa para tomarme el pelo, estuve a punto de marcharme, pero entonces salio del baño, mirando el desorden de la habitación sonrió.

-¿Es una leonera verdad?

Me pregunto casi en un susurro si necesitaba ir al baño, asearme, o cualquier otra urgencia.

-Rosa tengo un poco de prisa, me gustaría que me dijeras..

-Si, si, ya se, perdona

El tono de sus palabras delataba su estado de ánimo.

Yo estaba impaciente por abandonar aquella habitación, me había puesto muy nerviosa y no sabia muy bien por que.

-Terminemos con esto de una vez, Marta,  he venido hasta Madrid para pedirte que-dudo-.que dentro de lo posible..repitamos lo que hicimos la ultima noche que pasamos juntas en tu casa.

Me quede muda de la impresión, mi sexto sentido me había advertido, por eso quería salir de allí, correr a refugiarme en casa.

Cuando pude reaccionar, no sabia si reír o salir de allí dando un portazo, ¿Cómo podía sugerir algo como aquello? Ya  no éramos unas crías, teníamos treinta años y mucha experiencia, le dije que se habia vuelto loca, mi indignación se había multiplicado, volvía a querer usarme como conejillo de indias para sus experimentos, pero si algo habia aprendido es que los experimentos se  hacen con gaseosa y aquello era jugar con fuego.

Aguanto estoicamente toda la tormenta de razones que esgrimí y cuando ya me había calmado vi en sus ojos una expresión de profunda placidez, como si se hubiera tomado un valium y  le resbalara todo lo que decía, concluí diciendo.

-Me voy.

-Marta-sonreía mientras decía mi nombre- no es mas que un beso, solo un beso y tu vida seguirá igual, no va a cambiar nada, solo la mía puede sufrir cambios, por eso te pido ese favor, para mi es crucial.

Con ese argumento me venció.

-Esta bien, lo que tu quieras.

-----continuara--------

Se acerco a mi y cogiendo mi mano me llevo mansamente hacia la cama, se sentó en el borde y con la mirada me sugirió que hiciera lo mismo.

-Vale Rosa, pero apaga la luz, me da mucho "corte"

Rosa se inclino sobre la mesilla pulso los interruptores de la luz hasta que la habitación quedo en penumbra,  el visillo de la ventana, entreabierta, filtraba las luces de Gran Via,  a tientas busco mi cara y deposito un beso  muy suave en mis labios, su mano se habia posado en mi rodilla, yo cerré los ojos mi boca respondió a su caricia con otro beso suave muy largo,  abrió su boca, al sentir su lengua mi  cuerpo lo recorrió una corriente eléctrica.

                                                               Fin

                                                                 Epilogo

Alguna de ustedes se preguntara que es lo que sucedió, ¿si la prueba del nueve despejo las dudas de Rosa?¿ O si tuvo el tan ansiado hijo?

No se lo pregunte, las matemáticas eran y son mi materia preferida, nunca utilice la prueba del nueve para saber si una operación era correcta o no.

Con respecto al hijo ........................será niña, ya sabemos el sexo y Rosa quiere que se llame Victoria como mi madre

 Lrc

(Wee, a mi me pasa lo mismo que a Anada, espero no haberte decepcionado en cuanto a la resolucion del enigma)

pero al final que pasa??? jo,lorca lo has dejado en lo mejor...

ya lo tienes noctambula, siento la espera, pero no he tenido tiempo.

mil gracias,señorita lorca!!!

Ahora mismo no recuerdo cuál es el antónimo de 'decepción', pero eso es lo que me ha producido, lorca :D

Diosas, sin la lectura mi mundo sería tan distinto... Gracias por estos pedacitos de viajes, baby :*

¡¡¡¡¡Jooooo ni yo.!!!!!!!!!(emoticono con un guiño de complicidad)

Gracias por molestaros en leer y perdon por la putada de los capitulos, pero no me cabe  todo en el formato del editor de textos.

lrc

Si mi cuerpo se transformara al amanecer en un libro abierto, serías tú
la única capaz de leer en él. Si mi piel la cubrieran rutilantes
palabras, recorrerías con los ojos las obscenidades de mis muslos, las
vocales temblorosas de mis manos, tu nombre escrito en negrita y
subrayado sobre mi pecho. Soplarías suavemente en mi nuca y las letras
se agolparían unas con otras, provocando un cosquilleo que haría abrir
los paréntesis de mis labios. En mis ojos podrías leer promesas de
amor, y de mi boca entreabierta tirar y tirar del hilo infinito de
palabras que guardo para ti. Tantearías con las yemas de tus dedos un
poema fetiche alrededor de mi ombligo, palpando los bordes sinuosos de
las letras, y, si fueran mis palabras de chocolate, dejarías mi cuerpo
inmaculado. Si me transformara al amanecer en un libro abierto, serías
tú la musa de todas mis verdades.

Pero si tu cuerpo se transformara al amanecer en un libro abierto, yo
aprendería palabras nuevas en tus rincones más secretos, bebería las
consonantes que emanaran de tu boca, y nuestras letras se
entremezclarían, confundirían, se harían difusas y poco legibles y el
roce las desgastaría como el tiempo desgasta las páginas de un libro.

Relatillo veraniego, intrascendente, para animar el cotarro

                                    MAXIMA RIVALIDAD

Fue el verano pasado, no se como apareció, nos la presentaron por casualidad, venia con unas amigas conocidas de unas amigas, en la pandilla empezaron a hacer conjeturas, que si estaba con fulanito, que si iba con menganito.

Yo la miraba de lejos, y me hacia ilusiones, era tan guapa y estaba tan buena.

Miraba sus manos, tenia las uñas largas, sus ademanes femeninos su manera de vestir, su relación con los chicos de la pandilla, eran señales inequívocas de que no entendia.

La veía en el bar, en la playa, nos tropezábamos a veces en el mercadona de la playa haciendo la compra  con su madre y me saludaba cortes,  amable pero distante.

Yo la miraba embobada cuando ella no me miraba, se movía etérea por la vida desplegando sus encantos, en la playa su pelo rubio se llenaba de reflejos dorados, su piel morena, sus piernas largas, torneadas, terminaban en un perfecto triangulo que apenas me permitía mirar, su cara enmarcaba unos increíbles ojos verdes y su boca carnosa, jugosa, esbozaba una perenne sonrisa.

No habíamos hablado nunca las dos, salvo las conversaciones con el grupo, pero yo sabia casi todo de ella, estudiaba Publicidad, su madre era abogada, su padre notario, no sabia nada de informática, ni fotografía, adoraba la playa, le interesaban poco los coches salvo para decir:

.-huy que mono yo me comprare uno rojo cuando tenga pasta

y que yo supiera nunca le había gustado el fútbol.

Yo habría dado media vida por tener algo con aquella chica, habría renunciado a mi patria, a mi bandera,(se que parezco una canción de Victor Manuel, pero es que cuando pienso en ella me pongo asi de boba) habría cruzado el mar a nado por un beso suyo, luchado contra las mas terribles fieras, subido a la montaña mas alta, bajado a las profundidades del océano,  su boca era mas que un sueño, era una tortura.

Fue un sábado del mes de Agosto, habíamos quedado en la playa con tres amigas, ella llego la ultima, desplegó su toalla junto a la mía y se tendió cuan larga era  a mi lado, notaba su calor de lo cerca que se puso, al cabo de unos minutos se levanto y  fue a darse un baño, yo la miraba sin poder mover un músculo de la impresión, la vi meterse en el mar, nadar con bastante estilo unas brazadas de croll y después  salir del agua despacio,  recreándose,  intuyendo  que habían ojos mirándola, se quedo de pie mientras  untaba su piel con la crema protectora, cuando termino se volvió a tumbar junto a mi.

Mis amigas después del baño solar decidieron dar un paseo por la orilla de la playa y nos dejaron solas.

La situación para mi era incomoda, no sabia que hacer ni que decir, su sola presencia ya me impresionaba, cuanto mas no lo estaría sabiendo que se encontraba a centímetros de mi, acostada a mi lado y semidesnuda, fue ella la rompió el fuego, me pregunto por mi familia,  la que por lo visto conocían sus padres, siguió con un interrogatorio mas intimo, si salía con alguien, o si tenia el corazón ocupado, al cabo de un rato y casi sin darme cuenta, su cuerpo se había instalado en mi toalla y sus muslos tocaban los míos, situación que me hizo tartamudear un poco al responder  a sus preguntas, se quito el sujetador del bikini y se tendió boca arriba.-dijo-

.-Se que te gusto, te he visto mirarme y no me cabe la menor duda, quiero que sepas que tu a mi también, pero antes de darte el primer beso tengo que pedirte algo.

Yo, que no creía que estuviera diciéndome lo que acababa de oir, le dije.

-Lo que quieras.

Acercó su cara a la mía, notaba su aliento en mi mejilla volví la cara para ofrecer mi boca a la suya anhelada,  me dijo rozándome los labios.

.-Tienes que hacerte del Madrid.

lrc

a sus pies sitaLorca, admirada me hallo!!!

Gracias sita Angelina, usted siempre tan generosa .........

p.d. por cierto, y ya que me das oportunidad, espero que estes mejor de tu percance

lorca

me has dejado sonriendo señorita lorca...