El próximo año la modelo y actriz lanzará al mercado Kalma, su línea de productos naturales de belleza. La fundación Wayuu Taya, en la guajira venezolana, sigue siendo su prioridad. “Todos nos merecemos una nueva oportunidad”, afirma.

A la tercera va la vencida o, al menos, a A. M. Homes, creadora de The L Word, le funcionó. Quería tener a la zuliana Patricia Velásquez en su exitosa serie y, este año, después de tres propuestas, lo consiguió.

Audaz, polémica y controversial son los calificativos más comunes para describir la serie. ¿La razón? Ver en la pantalla chica a un grupo de amigas lesbianas compartiendo sus luchas y aventuras amorosas —incluyendo escenas explícitas de sexo— responde el porqué.

El lanzamiento de su propia línea de belleza con la que contribuirá al financiamiento de la fundación Wayuu Taya, también es noticia.

Desde Los Ángeles, la destacada actriz y modelo compartió con PANORAMA los detalles de su participación en el programa que se ha metido en el bolsillo —durante cinco temporadas— a la audiencia norteamericana.

Coméntenos sobre su participación en la controversial serie The L Word, ¿hizo alguna exigencia especial?

—Sólo tengo una participación pequeña en seis episodios de la nueva temporada, pero se desarrollará mucho más en la sexta. Me parece una serie muy buena, muy bien lograda y de mucho éxito. Sí puse algunas restricciones en cuanto al tiempo, porque no quería distanciarme de mi trabajo en la fundación Wayuu Taya.

¿Cómo será el personaje que interpretará en la serie?

—Es una actriz, de origen panameño, de nombre Begoña, que escribe un libro y trabaja en una película en la que se recrean antiguos personajes de la serie. En la sexta temporada personificaré a Marina Ferrer, el papel que hacía Karina Lombard. Me interesé en que mi personaje no fuera promiscuo. La fidelidad también se da en las relaciones homosexuales, como puede ocurrir en las heterosexuales. No quiero hace escenas fuertes, porque no es lo que busco

La sociedad muchas veces usa la etiqueta de la discriminación, ¿qué piensa de ello?

—Pienso que ninguna persona debe ser discriminada por ningún motivo, tampoco nadie debe ser discriminado, como se plantea en la serie, por su condición homosexual.

Luego de exitosas participaciones en películas como La Momia, ¿cuándo la veremos nuevamente en cintas de Hollywood?

—He concentrado mi tiempo, en estos últimos dos años, en una línea de cosméticos en la que estoy trabajando y la Fundación Wayuu Taya. No he querido participar en proyectos grandes porque toman mucho tiempo y quiero tener mi independencia laboral. Por esto acepté la serie ya que se filmó en Vancouver y volaba ida y vuelta a Los Ángeles todas las semanas y me daba tiempo a hacer otras cosas. Una vez que todo esté en camino volveré a hacer proyectos grandes.

¿Cómo ha logrado integrar su labor en la Fundación Wayuu Taya y su trabajo como actriz y modelo?

—Participo sólo en los proyectos que me llaman mucho la atención y que me permiten hacer las otras cosas que estoy haciendo. El equipo de la fundación es maravilloso. Personalmente me llena de alegría y agradecimiento.

2008 será el año del lanzamiento de Kalma, su propia línea de productos de belleza, ¿en qué consistirá?

—Son productos de belleza naturales. Tengo mucho tiempo trabajando en su formulación. Las mujeres de mi pueblo wayuu hacen unos bolsos bellísimos que se venden en Nueva York y, ahora harán unos empaques para una crema que serán exclusivos, hechos a mano. Quiero que el programa contribuya al autofinanciamiento de la fundación.

¿Qué mensaje le gustaría compartir con los zulianos ahora que se acerca la Navidad y, una vez más, la grey renovó su fe en la Chinita?

—Pues que la vida nos da muchas subidas y bajadas. A veces nos encontramos en lugares donde nunca imaginamos que podríamos encontrarnos y, bueno, hay que seguir adelante porque todos nos merecemos una nueva oportunidad.

Viviendo en Los Ángeles, ¿qué costumbres venezolanas conserva?

—Como mucha arepa, veo mucho la televisión venezolana y estoy muy pendiente de nuestro país. También celebro el espíritu de la Navidad.