Karen no puede creer que tenga que trabajar como recepcionista un Cuatro de Julio. Justo entonces recibe una llamada de padre Sebastian Weinberg, desaparecido hace mucho tiempo. Siguiendo el consejo de su amiga Meagan se hace pasar como mecánica, al responder a la llamada.

En una pequeña ciudad como en la que vive todo está conectado, lo que significa que muy pronto las vidas de todos comenzaran a entremezclarse.

Karen encuentra a la amante de su padre, a una hermana adicta a las apuestas, a un hermano luchando con angustia en el instituto y a un nuevo novio. Y si puede salir de la cárcel a tiempo, a su padre.

La búsqueda de Karen por encontrarse con su padre pone en marcha una loca cadena de acontecimientos que cambiarán una pequeña ciudad para siempre.