Me ha parecido un ejercicio perfecto de imaginación, no olvidemos que se trata de eso, de personajes, historias...imaginadas. Yo me identifiqué siempre con Jo: al igual que ella, yo sólo tenía hermanas, como ella, yo era la segunda, y de la misma forma q a ella, mi familia tp entendía/entiende pq hay q cuestionar la sociedad establecida....pero al final ella se casa con un hombre. A todas las que nos "decepcionó" el matrimonio de Jo, Isabel Franc nos regalá esta historia, q en ningún momento interpreté como correctora de su predecesora, que perfectamente podría ser cierta y q a mí, me congratula con el final de Mujercitas. Lo recomiendo, creo q es una lectura muy agradable.

Tal vez no debería opinar, puesto que no me apeteció terminarlo, pero con lo leído muy esforzadamente, creo que Franc ha dado un serio patinazo con este libro aburrido, de escritura floja, partiendo de un presupuesto falso, una propuesta absurda y que, en síntesis, no se sostiene por ninguna parte.

Vally, nos dices: "... consigue desamordazar a Jo y dejar que nos transmita en primera persona su verdadera historia; y a la vez, hacer justicia a un personaje al que Alcott no tuvo el valor de dar un final valiente. Franc da una versión más creíble y real de las relaciones familiares, no siempre tan perfectas y edulcoradas como en el clásico de Alcott". Louise May Alcott fue una avanzada a su época, y si hoy puede parecer "perfecta y edulcorada" es obra de los tiempos que cambian. ¿Cobarde por no darle otro final a su Mujercitas? ¿POdría haberlo hecho, Vally, aunque fuera su intención? Inposible, la habrían crucificado. ¡Pues anda que no podrían considerarse dulzonas, pacatas o "poco modernas" a tantísimas obras de arte! Visto así, "la muchacha de la perla" de Veermer es una hortera (a quien se le ocurre llevar ese tocado tan antiguo...), la novena de Beethoven es una payasada porque no es un mix pop/flamenco y la fuente de Bernini en la Plaza Navona de Roma una cursilada rococó, con lo bien que quedaría en cristal y aluminio... No entiendo ni comparto que necesidad había - a excepción de la comercial - de retomar una obra que ha hecho historia tal y como está. No pienso que Alcott haya sido cobarde en absoluto, me ubico en su momento y tiempo y la considero una grandísima escritora. Miedito me da que a alguien se le dé por reformar Memorias de Adriano porque no le va el rollo entre el prota y Antinous, o la emprenda con la remodelación de las obras de Wolf,los poemas de Pizarnik o vete a saber qué, alegando que están incompletos,inacabados o fuera de moda.

Este libro también se podría haber titulado: "Todo lo que usted quiso saber de Jo March y que Louisa M. Alcott no se atrevió a contar". El final de Mujercitas siempre me pareció desconcertante; ¿Cómo podía Jo acabar con un tipo tan soso como el profesor Baher? ¿Y la coherencia del personaje? Isabel Franc consigue desamordazar a Jo y dejar que nos transmita en primera persona su verdadera historia; y a la vez, hacer justicia a un personaje al que Alcott no tuvo el valor de dar un final valiente. Franc da una versión más creíble y real de las relaciones familiares, no siempre tan perfectas y edulcoradas como en el clásico de Alcott. Además me ha gustado esto de aprovechar una novela, darle la vuelta y conseguir una obra tan fresca, divertida y original.

Pues a mí la historia me ha parecido totalmente traída de los pelos, esa Jo no es mi Jo, y no veo razón alguna para demitificar un libro mítico, cuando el mito es positivo. Es como si a alguien se le diera por hacer una nueva versión de Ciudadano Kane, por ejemplo, donde Orson Welles no es un déspota obsesionado por el éxito y el dinero, capaz de todo, sino un simpático saltimbanqui a quien todos adoran por divertido y buena gente. ¿Qué sentido tendría? Absolutamente ninguno. Citizen Kane es Citizen Kane, y Mujercitas, Mujercitas. No me ha gustado pero que nada, xicas, no merece la pena gastarse ni medio euro.

Lo recomiendo, sobre todo si has sido una lectora entusiasta de Mujercitas. Me sorprendió el enfoque que Isabel Franc le da a la obra, es decir, todo lo que Jo pensaba pero supuestamente se callaba en el libro original, que no es poco... algunas partes son muy divertidas y otras te hacen reflexionar acerca de cómo era la posición de las mujeres en la época y cómo es en la actualidad. También me hizo querer investigar los orígenes del sufragismo. Como ya he dicho, muy recomendable.

me ha encantado el libro, al escribirlo en primera persona parece una carta de la protagonista en la que explica sus vivencias, es un poco desmitificador y perfila mejor a los personajes, siempre había creído que Jo era un personaje adelantado a su tiempo y a la vez autobiográfico de la autora. tiene muchos párrafos interesantes, me ha sorprendido por su originalidad lo recomiendo encarecidamente